Una segunda oportunidad para mujeres adolescentes, víctimas de abuso

Giovanna, con 15 años de edad, después de haber pasado por un albergue y por un “anexo” con 5 meses y medio de embarazo llegó a la casa hogar “El Refugio” A. C. en la Colonia Constitución del municipio de Zapopan.

Evento organizado por voluntarias de la Casa Hogar “El Refugio” A. C.
Franco González
Guadalajara /

Existe un lugar en el que madres adolescentes, víctimas de abuso, encuentran una segunda oportunidad para continuar con sus vidas, para aprender a hacerlo con optimismo y responsabilidad, para emprender el camino a la superación, apelando a esa fuerza interior que todas ellas demuestran día con día, guiadas por religiosas franciscanas, voluntarias y voluntarios que velan por brindarles una vida digna.

Es la Casa Hogar “El Refugio” A. C. ubicada en la calle Venustiano Carranza #1230, en la Colonia Constitución del municipio de Zapopan, a donde Giovanna, con 15 años de edad, llegó después de haber pasado por un albergue y por un “anexo” con 5 meses y medio de embarazo, víctima de los abusos que recibió por parte de su padrastro desde que ella tenía tan sólo 12 años.

“Nadie por ningún motivo supo, y estando en el anexo fue cuando confesé, tenía miedo de demandar y por ese motivo no quería a mi hijo, porque era de mi padrastro, cuando llegué quería que me dejaran ir y seguir siendo libre; llegué con una actitud muy negativa y aquí me han brindado apoyo psicológico, cursos, superación emocional y espiritual; esta es una casa religiosa y yo jamás me esperaba algo así, me quería ir, no quería tener a mi bebé, lo rechazaba mucho y poco a poco me enseñaron a valorarme a valorar a mi bebé, yo no lo quería pensé en darlo en adopción y gracias al apoyo que me brindaron las madres, me di cuenta de que era mi hijo y no podía deshacerme de él”.

Desde su primer mes de embarazo, ha estado fuera de su hogar y ahora, dice estar contenta en donde se encuentra, gracias al apoyo que ha recibido: “Aquí terminé la secundaria; yo tenía ganas de estudiar y actualmente lo hago gracias a los padrinos y bienhechores que me han brindado apoyo; anteriormente no tenía dinero, pero cumpliendo mi mayoría de edad encontré la oportunidad de tener mi primer trabajo” compartió.

Ahora, Giovanna tiene 18 años, estudia la preparatoria y se ayuda económicamente trabajando en un restaurante; mientras lo hace, sus compañeras de la casa hogar, cuidan de su hijo y afirmó haber cambiado positivamente, agregando: “Si piensan hacer otro tipo de cosas como abortar a sus niños, no se den por vencidas, el mundo es para vivir el hoy y disfrutarlo, si estás embarazada y piensas abortar, no lo hagas, es muy feo, los niños no tienen la culpa, los niños no piden venir al mundo, sigan adelante, sigan sus estudios, todo lo que te propongas lo puedes lograr”.

El Refugio atiende actualmente a 15 adolescentes de entre 10 y 18 años y a los hijos de algunas de ellas.

El reto al que las religiosas Franciscanas de Nuestra Señora del Refugio, junto con las voluntarias y voluntarios que participan de distintas formas para dar apoyo a las menores, no es simple, tal y como lo precisó la Madre Noemí Hernández Toledo, representante legal del Instituto Médico Social “El Refugio” A. C. que nació en 1977 y desde hace 6 años se dedica a prestar atención, solamente a madres adolescentes y a sus hijos, las 24 horas del día; en ese lugar buscan “Darles dignidad, seguridad y todo el amor que se puede, porque vienen muy rotas, no creen en ellas mismas porque el daño que recibieron y que desafortunadamente, es de su propio padre o de un ser muy cercano”.

En palabras de la Madre Noemí, se tiene calculado que de cada 10 papás, 3 abusan de sus hijas, pero el problema más grave, es con los padrastros que a causa de la confianza que reciben por parte de sus parejas, en algunos casos, propicia el interés en la hijastra y comienzan a abusar de ellas desde que tienen entre 5 y 6 años; al llegar por primera vez su ciclo menstrual, quedan embarazadas sin tener idea de lo que les pasa y llegando el momento en el que no saben verdaderamente distinguir si es un daño, porque incluso llegan a consensuarlo.

“El abusador hace lo posible para que no lo vean como algo malo y cuando llegan aquí, lo hacen dolidas porque las quitaron de su medio, pero con el pasar de los años ellas descubren muchas cosas y ese es parte de nuestro trabajo” explicó.

Para quienes participan en las diferentes actividades que buscan orientar emocional, intelectual y espiritualmente a las adolescentes, es un reto que el cambio se genere a través de sus hijos: “Muchas rechazan a sus hijos porque ven ahí el rostro del que las hirió, pero hemos trabajado también esa parte dándolos en custodia o en adopción, cuando ellas al llegar a la mayoría de edad así lo deciden pero han sido muy contados los casos; nuestro trabajo no es juzgarlas, sino amarlas y encausarlas a volver a empezar, dar más del 100 por ciento por ellas” expuso, Noemí Hernández.

SUPERAN LA META.

Durante un evento organizado por voluntarias de la Casa Hogar “El Refugio” A. C. que contó con la presencia de cerca de 200 personas y la participación de 10 patrocinadores, el Colegio Gastronómico Internacional y 2 grupos musicales, se logró superar la cantidad recaudada en su pasada edición.

“Al final somos como una imagen más allá de la autoridad que ellas ven todos los días aquí, entonces, aparte de venir a jugar con ellas, a estar con ellas y brindarles cariño, también conseguimos voluntarios para que hagan donaciones y el día de hoy hicimos el evento ´Feria Gastronómica’ en apoyo a la casa hogar, nos ayudaron varios patrocinadores y dos grupos musicales que vinieron sin ninguna paga y el dinero que se recaude será todo para la casa hogar” aseguró Lorena Azcue, que es voluntaria desde hace 2 años y una de las organizadoras junto con Daphne Muro y que además agradecieron la asistencia y el apoyo de patrocinadores y músicos e invitaron a continuar apoyando a quienes lo necesiten.

​JMH

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