Urge nueva planta tratadora para los líquidos residuales al sur de Tamaulipas

Día Mundial del Agua

Pandemia. Entre Tampico y Madero se producen 3 mil litros por segundo de aguas negras, las cuales también transportan el virus del covid-19, afirma especialista

Los mil 500 litros por segundo de agua tratada que procesa la planta de Tierra Negra son tirados a las marismas, informó la Comisión Municipal de Agua
Cristina Gómez
Tamaulipas /

En la zona sur de Tamaulipas se hace más necesario que nunca contar con una planta de tratamiento de aguas residuales que venga a complementar el proceso que ya se realiza, pues “actualmente no se limpia ni la mitad de las descargas domésticas”, afirma especialista.

Es la principal necesidad que tiene la zona conurbada en materia del recurso agua, afirma el investigador en temas hídricos Israel Díaz Acosta, quien menciona que “casi todas las aguas residuales del planeta están contaminadas por el covid-19”.

Calcula entre Tampico y Madero una producción de 3 mil litros por segundo de aguas negras y es un volumen que estima debería cubrirse en un 100 por ciento y mitigar con su reuso la afectación a la naturaleza.

“Altamira no tiene una sola planta. Comapa Zona Conurbada cuenta con una en Tierra Negra con una capacidad para 1,500 litros por segundo y solo le llegan mil; la de la colonia Morelos tiene capacidad de 300 pero se utiliza a la mitad”

Señala que “urge una tercera planta tratadora, dado que la contaminación es más intensa que nunca, aunado a que el virus del covid-19 está presente en las aguas residuales”.

Díaz Acosta explica que no se siguió el proyecto original y, debido a deficiencias de los organismos operadores y autoridades que no prestan atención, es una infraestructura subutilizada.

“Hay aguas residuales por todos lados, contienen parásitos y bacterias y ahora se agrega el SARS-CoV-2, no es un tema que se deba tomar a la ligera”.

Por otro lado, subraya que el Pánuco es el segundo río más contaminado del país y eso no se debe eludir. Al hacer una reflexión en torno al Día Mundial del Agua, destaca que “sin agua no hay certeza de un futuro”, pero el desperdicio y el cambio climático son las principales amenazas.

La única certeza en este momento, agrega, es que no hay suficiente agua para la población del planeta, así que, o la cuidamos y consumimos de manera sensata, o nos atenemos a las consecuencias.

Su escasez puede generar graves problemas en materia de salud pública, pero también cimbrar la economía.

“Sin agua no hay vida ni salud, así de sencillo”. Advirtió que el cuidado del recurso hídrico no debe verse como una responsabilidad exclusiva de las autoridades, porque es también obligación de cada uno de nosotros involucrarnos desde nuestro ámbito. Refiere que la sequía estará afectando gravemente todo el noreste de México y esto impactará de manera contundente a la agricultura.

Centro de investigación

El cuidado del agua es una necesidad más que evidente para nuestros tiempos y hacer uso razonable del recurso es primordial para la preservación de la existencia humana, lo que llevó a una estudiante universitaria a diseñar un proyecto para crear un centro de investigación del recurso hídrico. Miranda Angélica Gámez Méndez, alumna del décimo semestre de Arquitectura en el Instituto de Estudios Superior de Tamaulipas (IEST) Anáhuac, detalló que este centro tendría tres áreas fundamentales: de escuela, museo e investigación.

Como parte de su investigación de fin de carrera, señaló que la Comapa en sus inicios contemplaba dar servicio a un 211% menos de lo que representa la población actual de la zona, que es de aproximadamente 773 mil 285 habitantes, según el Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi. Apuntó que en un reporte de Conagua elaborado en 2017, se estimó que para el 2030 el agua renovable en México por habitante pasaría de 3,692 a 3,250 metros cúbicos debido a la contaminación y a las malas prácticas del comercio, industria, ganadería, pesca y población en general.

“Ello hace insostenible el curso de su ciclo debido también al cambio climático, afectando al ser humano y a las especies, y con ello las actividades económicas se verán impactadas y la calidad de vida habrá de empeorar para las actuales y futuras generaciones”.

Mencionó que en la actualidad no se cuenta con recintos o programas permanentes que provean información y mantengan programas de educación e investigación donde se demuestren los daños al medio ambiente que con los años se han hecho notorios en la zona.

Por ello plantea un centro que brinde enseñanza al público en general y cuente también con áreas de investigación e innovación para dar servicio en toma de decisiones e implementación de estrategias a los profesionales del medio ambiente y la sostenibilidad.

“De antemano sé que este centro no solucionaría todos los problemas de contaminación del agua y desequilibrio ambiental, pero se marca la pauta para que entre todos encontremos la manera de cuidar lo que tenemos, generando un recordatorio físico que, en el peor de los casos, nos incomode, pero que sobre todo ayude y nos motive, nos inspire a adentrarnos en el tema y responsabilizarnos de nuestro actuar”.

El Centro de Conservación del Agua y Medio Ambiente fue planteado en un webinar con especialistas, donde la futura profesionista resaltó que vendría a generar un espacio para la toma de decisión y aprendizaje, “pero que sobre todo nos ayude a no condenar nuestro futuro por la inconsciencia del presente”, concluyó Gámez Méndez sobre el tema que ha cobrado importancia.

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