Valentina Sodi, empresaria y reina Drag asesinada en Temixco, Morelos | PERFIL

La activista por la comunidad LGBT fue asesinada dentro del bar que ella misma fundó, en pleno Día Mundial de la diversidad sexual.

Valentina Sodi amaba el arte, la naturaleza y a su gente. | Especial
Serrat García
Temixco /

El arcoíris de la diversidad sexual perdió brillo y se manchó de rojo sangre por el transfeminicidio de Valentina Sodi, una activista, empresaria y reina Drag que dejó la vida en el escenario que ella misma fundó, en Temixco, Morelos. 

El 25 de junio, en pleno Día Mundial de la diversidad sexual, dos hombres armados abrieron fuego contra Vale. Ella quedó tendida en el piso del Bar Alebrijes, de su propiedad, y murió hospitalizada. Los asesinos siguen libres.

La línea de investigación que sigue la Fiscalía de Morelos (cuyo titular estuvo encarcelado) apunta a un cobro de piso o extorsión, y no a un crimen de odio. Esta versión fue cuestionada por familiares de la víctima, quienes descartaron haber recibido amenazas previas al ataque.

Entre las pruebas analizadas por la autoridad está la grabación de cámaras de seguridad, donde se ve a los sicarios huir en motocicleta. Otro video relevante fue subido al perfil de Facebook de la activista asesinada, en el que se le ve tendida en el suelo. 

Vale vivía por el arte:

Pero el caso sigue abierto, igual que las heridas que dejó la muerte de Valeria en el Hospital General de Temixco. Ella era conocida por su labor a favor de su gente, por dar un ejemplo: formó parte de la Agenda Política de la Coalición Mexicana LGBTTTIQ+.

A través de ese colectivo impulsó reformas a la ley para garantizar atención a los derechos de las minorías: atención médica, con énfasis en la prevención y tratamiento del VIH; pleno reconocimiento de las estructuras familiares no heteronormadas; además de inclusión de todas las identidades de género en el Registro Civil.

Vale demostró que se podía hacer el bien, y lucir bien:

Pero su altruismo iba más allá de lo burocrático, y realizó acciones tangibles en pro de su comunidad. Junto a familiares y vecinos reforestó zonas en el Barrio Seis, donde radicaba, con árboles frutales y florales. Además exigió al delegado la reparación de un barandal en el lugar.

Pero no solo amaba la naturaleza, pues también era aficionada de los animales y en su negocio realizaba dinámicas para regalar productos de higiene para mascotas. Ella misma era dueña de varios perros a los que presumía en sus redes.

Así es que el Bar Alebrijes funcionaba como un lugar de esparcimiento para la comunidad LGBT, donde la propia Valentina daba shows de Drag, pero también como un punto de encuentro para todo tipo de labores humanistas. 

Esto último resume la personalidad de Vale, pues estaba enamorada de la vida y el arte del maquillaje. En su cuenta de TikTok dejó cientos de videos en los que se transformaba para dar espectáculos brillantes.

Así se preparaba para el escenario:

Con pestañas largas, delineados extravagantes y atuendos espectaculares daba consejos a otras mujeres trans para verse despampanantes y, más importante, sentirse empoderadas con su identidad

Por eso su asesinato fue tan doloroso, y su partida deja un sabor amargo que se convierte en un grito para exigir justicia. El ejemplo de Valentina Sodi prevalece en los corazones que han sufrido discriminación sexual, y sirve como una motivación para seguir adelante sin perder el brillo.

SNGZ

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