Vecinos alertaron a la Conagua sobre socavón en río Tula

Habitantes de las viviendas afectadas por el socavón en el río Tula alertaron desde hace días a las autoridades pero acusan que no fueron escuchados.

Temen ante socavón en el río Tula. (Francisco Villeda)
Francisco Villeda
Tula de Allende /

Los vecinos de las viviendas afectadas por el socavón en el río Tula alertaron desde hace días a las autoridades pero no fueron escuchados y ahora están a la espera de una respuesta sobre qué acciones se realizarán para remediar la situación. 

María Teresa Pérez Melgarejo, una de las afectadas dijo que desde el pasado jueves se percataron que los cimientos eran arrastrados por el agua y por ello reportaron el daño al terraplén a los ingenieros de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para que le colocaran costales y se redujera el riesgo. 

Pero, relató, le dijeron que no sería posible pues la corriente del agua era fuerte y si ingresaba la maquinaria al río presentaría problemáticas que le impedirían realizar las labores. 

A pesar de la insistencia de vecinos no obtuvieron respuesta y fue el viernes cuando el río se llevó otra parte de los cimientos el agua, pues incrementó el caudal; además, el sábado otro pedazo fue arrastrado y de nueva cuenta acudieron a ver a unos ingenieros de la obra, sin embargo, nuevamente la ignoraron. 

Mientras tanto su casa crujía, no sabe si por el impacto del agua o por la operación de la maquinaria en el área, pero de algo sí tenía certeza: miedo. Desde ese momento tiene temor por la fuerza del río y por la falta de atención e información de parte de las autoridades. 

Para el domingo ya había un socavón en la zona, fue entonces cuando Protección Civil (PC) les hizo la notificación sobre el riesgo. Ahí entendió que los ruidos se debían a las piedras de los cimientos derrumbándose y siendo arrastradas por el río. 

El personal de PC les informó que tenían que evacuar, pero eso le representaba otro problema pues ni su mamá ni su hermano, que viven en la misma casa, tenían a dónde ir, pues es vivienda propia, a diferencia de otras dos casas afectadas, las cuales son rentadas. 

En esos casos, dijo, los inquilinos inmediatamente sacaron sus cosas y se fueron de ahí, pero en su caso como propietarios no tienen otra alternativa: ella ha vivido 46 años en ese hogar. 

Hasta ahora las autoridades les han informado que van a colocar una escollera de piedras para desviar el caudal, pero dijo que uno de los problemas es que antes había un muro en el punto, el cual fue derribado, pero no en s totalidad y eso ha provocado “remolinos”, que causan más daño al talud.

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