“Aquí vivimos y aquí vamos a vivir siempre y estamos hasta el final”, decía entre aplausos Teresa este sábado en el polémico predio de Arboledas del Sur que se encuentra en disputa entre el ayuntamiento tapatío, una constructora y los vecinos, y donde estos últimos llevaron a cabo ayer una reforestación masiva para celebrar la detención de las obras en el punto y dar una muestra al gobierno tapatío de lo que hacen desde hace treinta años por sus tierras.
María Teresa Enciso fue una de los cientos de ciudadanos que se dio cita en el área verde de casi 8 hectáreas, y en donde, a pesar de que se obtuvo una suspensión de plano que inhabilita al ayuntamiento a tocar el espacio, permanecen elementos de la policía de Guadalajara vigilantes a los movimientos de los vecinos.
Aunque para ellos eso no es impedimento para que se organicen, hagan hoyos en el suelo, planten, se apropien del espacio y muestren a quienes se acercan aquellos árboles marcados con un punto rojo de aerosol que aseguran, indica que pronto serán talados. Aunque no por el momento.
Tras semanas intensas de encuentros, trifulcas y lucha, finalmente los colonos pueden andar por el área boscosa sin encontrarse con constructores en ella. “Esto que nos pasó nos sirvió para ponernos aún más fuertes en cuidar nuestro bosque”, señala Teresa.
Aunque el predio no salió ileso de la lucha, pues en tan solo una semana, se logró construir por en medio del espacio un camino de concreto. Este se construyó aun y cuando la suspensión ya les había sido otorgada, en un periodo de tiempo en el que el gobierno municipal de Guadalajara pedía una aclaración detallada sobre ésta.
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“En tanto el juzgado rendía el informe para decirles que se detuvieran, quisieron abarcar lo que más pudieron de construcción”, lamenta Manuel Hernández, miembro de la comunidad indígena de Santa María, a quien pertenece el terreno, aunque ahora se siente en calma por el paro de trabajos. “Tenían que acatar tarde o temprano, y era un golpe que ellos no se esperaban, que fuera a venir una suspensión de plano por parte de la comunidad. Estas tierras son sagradas”, dice.
El predio en disputa de casi ocho hectáreas, y cuyo nombre original según afirma Manuel es Agua de Coyote, forma parte de un polígono que abarca 1,200 hectáreas, del que forma parte también el cerro de Santa María y corresponde a los indígenas. El terreno en disputa no tiene escrituras, no las ha tenido por años, pero la comunidad defiende su propiedad bajo el argumento de que se encuentra en el límite de su polígono, a pie del cerro.
Aunque el gobierno de la capital del Estado afirma que lo que se busca hacer en el bosque no son más que mejoras, como caminos, luminarias, juegos, entre otras, los defensores se dicen seguros de que buscan enajenar el predio para venderlo y construir en él. “Ellos ya lo están viendo con fines lucrativos. Ellos están esperando que se siga peleando y se gane en base a las supuestas pruebas que tienen de escrituras”, dice Manuel.
Afirman además que las escrituras que el ayuntamiento tiene no abarcan la superficie que comprende el predio de Arboledas, sino de otra que no corresponde al punto.
“Ellos alegaban que no era construcción”, explica Teresa. “Cuando ellos y nosotros, los que estudiamos el caso, sabemos que perfectamente había una construcción y una planeación de hacer torres lineales. E incluso en Melaque, el presidente Alfaro fue y promocionó vivienda barata en Arboledas del Sur”, recuerda, y agrega que “ellos dicen lo que a ellos les conviene… Nosotros y ellos sabemos cuál es el trasfondo del parque”.
Ante el panorama que se avecina, uno de continua lucha legal para finalmente decidir a quién corresponde el predio, los defensores afirman que no bajarán la guardia, y confían en que “la ciudadanía es inteligente. La lógica no nos debe de abandonar… “no sé necesita ser muy inteligente para ver que en las planchas no quedaron muchos árboles”.
Son los vecinos y la comunidad indígena quienes de la mano han cuidado el terreno, quienes lo han reforestado por más de 30 años, y ahora defendido. Por eso con alegría celebran que el municipio haya detenido los trabajos, y lo consideran un pequeño triunfo en medio de la lucha.
“Aquí no se va a construir nada y no vamos a dejar que el ayuntamiento lo haga. Y aquí hasta donde se llegue a las últimas consecuencias, aquí vamos a estar a pie de cañón. Y esto no lo va a ganar Alfaro ni ninguna administración”, dice seguro de sí mismo Manuel, en representación de Gabino Hernández Garza quien tiene la representación de los bienes comunales.
Mientras que Teresa concluye pidiendo al ayuntamiento que “tome una nota, y vea y respete las comunidades indígenas. No es posible que les estén arrebatando sus tierras, no lo es”.
Reforestan y celebran
Este sábado el predio Agua de Coyote se llenó de vida. Cientos de vecinos y defensores del área verde llegaron a ella para reforestar, plantando más de 500 árboles nuevos, que se unen a los cerca de 2 mil 700 que ya conviven en el espacio.
Jostoniates, mezquites y huamúchiles amanecieron hoy domingo en el terreno, del que brotan ojos de agua en diversos puntos y que además es casa de diversas especies de fauna, como ardillas, búhos, tlacuaches, conejos y zorrillos.
“Se tiene que respetar esta área, no solamente por el bien de la comunidad, sino también por el medio ambiente”, afirma uno de los defensores que se encontraba en el terreno, donde por la tarde se celebró un concierto musical.
MC