Después de recibir la vacuna, José Antonio Lara Juárez, de 20 años, enfermó de covid-19. Durante una semana la temperatura no cedía, tampoco el dolor de cabeza y la tos hasta que le confirmaron sus sospechas, no era reacción del biológico, fue uno de los jóvenes que se contagiaron en esta tercera ola de la pandemia.
Tras recibir la noticia, se trasladó al hospital del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (Issfam), por ser derechohabiente, y ahí le informaron que, debido a su oxigenación de 88, tenía que ser trasladado a la Ciudad de México, "cuando salí de casa no me despedí de mis hermanas al salir de casa y sentí miedo cuando me dijeron que me iba a hospitalizar y aún más cuando me subieron a la ambulancia, solo recuerdo la angustia de mi mamá en su rostro", explica Toño, como le dicen en casa.
Durante su trayecto al sur de la CDMX, envió mensajes a sus amigos más cercanos y no pudo evitar que el miedo recorriera su cuerpo, "porque no sabía cómo me iba a ir, y no me había podido despedir de mis hermanas y mi mamá, eso me dolía, y solo pude mandarle ubicación del hospital en donde fui internado, aunque no sabía si mi mamá iba a poder llegar hasta allá porque temía que con los nervios se perdiera en la enorme ciudad", explica.
Con presión alta y saturación baja fue como llegó al hospital militar de Chivatito, y durante una semana estuvo hospitalizado con oxígeno, "aunque afortunadamente no me intubaron, fui mejorando y salí el lunes 30 de agosto, y la alegría que me dio fue ver a mis hermanas y mi mamá recibiéndome en la salida, fue un sentimiento de alivio verlas", explica.
Con clases en línea se prepara para ser abogado
Tras esta experiencia, Toño cambió la visión de su vida y después de una visita a La Villita para agradecer, "y además de dar gracias por tener a mi familia, agradecí tener estudios y querer superarme al máximo porque yo me estaba conformando pero ahora pienso en mi futuro, en que quiero ser un buen abogado, por lo que sé que tendré que esforzarme más para lograrlo y en cambiar aspectos de mi vida que a la mejor no me gustan tanto, como ser enojón", dice.
Señala que ha tomado más enserio su carrera de abogacía que estudia en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), lo hace en línea por la pandemia, y considera que el nivel educativo es el mismo que podría estar recibiendo de forma presencial, "aunque depende de cada uno de nosotros".
Manifestó que se siente afortunado por contar con todas las herramientas necesarias para sacar adelante sus estudios "y creo que sí podemos salir bien preparados porque en mi caso, ya que tengo computadora, Internet, la forma de hacer mis tareas y me siento afortunado por ello, ya que sé que muchos compañeros que viven en la Sierra, por ejemplo, no cuentan con internet para estudiar o tienen mala señal.
"Además, los profesores hacen su mayor esfuerzo para explicarte lo mismo que explicarían en una clase presencial y aunque sé que las clases virtuales nunca serán lo mismo que las presenciales porque no hay esa convivencia social, pero lo académico se puede salvar", expone.
Señala que sí podría haber afectaciones educativas sobre todo en carreras que quieren de más práctica como las relacionadas a la medicina, "porque, por ejemplo, mi hermana está estudiando enfermería y está con un limón para poder practicar la extracción de sangre, podría sacármela a mí, pero no cuenta con la supervisión de un profesor", dice.
En este contexto señala que, dependerá de cada estudiante el querer profesionalizarse más, ya podrán acceder a otros cursos o prácticas para mejorar su nivel educativo, "es por eso que llamo a mi generación a no rendirse, a buscar lo que queremos porque tenemos el entusiasmo para lograr lo que queremos, buscar hacer las cosas bien porque podemos ir más allá, y confió mucho en mi generación.
"También quisiera invitar a todas esas personas que no se quieren vacuna o no creen en el virus porque por desgracia cuando no se ve, no se cree, pero realmente existe el virus, es un peligro para nuestra salud y para nuestra vida, misma que es única y debemos gozarla y vivirla al máximo", concluye.