La disponibilidad de rosas y flores ornamentales de calidad para celebrar el Día del Amor y la Amistad en el interior de la República Mexicana disminuirá este año, debido a que Estados Unidos pagó hasta tres veces más el precio por cada paquete de rosas y flores ornamentales producidas en México.
Desde hace dos años, las ventas de pequeños, medianos y grandes productores de Villa Guerrero, Estado de México, cayeron en más del 50 por ciento debido a la suspensión temporal de la celebración de bodas, quinceaños o fiestas particulares y municipales.
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Esto provocó que cientos de ellos abandonaran la batalla y dejarán de adornar lugares mexicanos, pues en la actualidad la venta de flores solamente es viable cuando se aproximan fechas festivas como el Día de Madres, de Muertos o de la Virgen de Guadalupe.
“Este año se ve bien para quienes siguen activos, pero va poco a poco porque no se compara a la producción que veníamos de hace dos años. Estamos conformados por 700 socios y estimamos que un 20 por ciento dejó de producir principalmente por la falta de ventas y la descapitalización de productores”, dijo en entrevista con MILENIO, Salomón García, presidente de la Asociación de Floricultores de Villa Guerrero.
Algunos de los que decidieron seguir, apostaron por la exportación de las rosas y flores ornamentales de primera al mercado estadunidense, pues el precio de venta se llega a triplicar desde los 200 hasta los 280 pesos por paquete de 25 rosas, en comparación con las ventas al interior de la República Mexicana.
Tal es el caso de Jorge Bernales quien decidió enviar el 70 por ciento de su flor de calidad a Estados Unidos pues “seguimos con ventas a un 40 por ciento menos comparado con el año pasado, pero este año se compensa con los precios, porque están accesibles y mejores que otros años”.
“Tenemos muchos connacionales en la Unión Americana y que de alguna manera, les pedimos el favor para vender las flores por allá, buscarle mercado y eso se ha reactivado. Cada vez más, el mercado americano está volteando hacia la producción mexicana, antes eran el 10 o 15 por ciento de la producción, ahora se está exportando el 70 por ciento de esa flor. La exportación nos ha ayudado mucho porque es lo que vino a salvar el rezago económico que provocó la pandemia”, contó.
Mientras que para Alfonso Hernández, quien produce rosas en el estado de México desde hace doce años, la venta a destinos al interior de la República Mexicana ya no es viable pues los vendedores compran 50 por ciento menos de flores, respecto a otros años, lo que ha provocado que en temporadas sin demanda se desperdicie el 40 por ciento de la producción.
“Regularmente surtimos a Monterrey, Culiacán, San Luis Potosí, Tabasco, Ciudad de México y para el resto de la República, ahora enviamos de poquito a poquito porque la demanda por los comerciantes ha ido bajando mucho. El que te pedía cien paquetes, este año te pide 50”.
“Y nos afecta porque el gasto en agua, y fertilizante es el mismo, no le podemos decir a la mata espérate tantito, la planta no la puedes parar. Lo que hacemos es que vendemos la planta mejor, la más grande y bien abotonada, lo más chico lo tiramos para utilizarlo como materia orgánica”, detalló mientras trabaja en su centro de producción.
dmr