Ni aún teniendo encima el inicio del ciclo escolar la calle Mesones se logra reponer del coronavirus en Ciudad de México: hay pasillos vacíos, locales cerrados, poca gente comprando y muchos preguntan por precios, a ver si les alcanza para llevar algo de la lista de sus niñas y niños, mientras que los vendedores viven la incertidumbre por la pandemia y por las clases a distancia, que limitaron los útiles para la escuela.
En un sábado, a las 12:00 horas, cuando se supone que hay más gente, el escenario en la calle Mesones en el Centro Histórico es diferente a un día normal previo al regreso a clases, cuando padres de familia abarrotan los espacios y no dejan lugar ni para un clip en la zona más famosa para la compra de materiales escolares.
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MILENIO recorrió los pasillos de plazas que se dedican a la venta de artículos escolares, donde se vive una situación que dista mucho a lo que se vive cada año.
"Realmente no hay temporada aquí, es para que ya estuviéramos teniendo los puestos afuera, un montón de gente comprando, pero no hay mucho", dice Brandon Rosas, quien está con cubrebocas y careta buscando algún cliente en Mesones 123.
"Han subido todo lo que viene de fuera, el resistol, algunos colores, la libreta de hecho también subió. No estuviéramos dando ni abasto a la gente, ahora libre la calle está".
En la Plaza Mesones está Sanjuana García García, quien afirma que "no tenemos ni un 70 por ciento en ventas". Ella atiende con Marta Rosendis un local dedicado a la venta de papelería, diamantina y material didáctico.
"Los precios los hemos mantenido porque la verdad la gente no tiene para comprar. Nos ha afectado mucho, y aparte nos está afectando de que (las aperturas son) un día sí y un día no. Ha sido muy difícil para nosotros, incluso años atrás se contrataba mucho personal, ahora se tuvo que dar de baja algunas personas", comenta Marta.
Ya ingresar a esa plaza no es lo mismo, como en todos los lugares que atienden al público en la capital, deben medir la temperatura y dar gel antibacterial a todos los que ingresen, quienes por obligación tienen que portar cubrebocas.
Así lo hizo Enrique Colindres León, ingresó con sus hijos de 13, 12 y 10 años a comprar los artículos para el regreso a clases de ellos, quienes llegaron a la capital desde San Luis Potosí porque consideran que es en Ciudad de México donde se puede encontrar una mayor oferta.
“Hace un año me gasté unos 4 mil pesos más o menos y eso fue lo básico… Ahora lo voy a reducir porque ando buscando precio, hace un año había dinero, este año hay crisis porque no hay trabajo (...) Ahorita apenas está saliendo trabajo”
Él se dedica a construcción, uno de las áreas laborales más golpeadas por la pandemia del coronavirus, por lo mismo es que ahora dijo que "estoy checando precio para ver si pueden bajar de un lado a otro".
Posiblemente es la Plaza Mesones, de todos las tiendas que hay en esta calle, la que más impacto genera la poca cantidad de gente que circula por sus pasillos. Pese a ello, son muchos los locales que tienen marcas en el piso para tomar distancia, aunque al parecer algunos no lo toman en cuenta.
Los locatarios han tenido que tomar medidas para evitar sanciones, su apertura se va turnando diariamente. Eso sí, solamente algunos, los que tienen más de un puesto, pueden tener una venta un poco más constante.
“Hoy los niños van a entrar virtualmente y pues, está muy vacío todo, no vendemos (...) hay alza en los precios por la pandemia y la situación del dólar. A la gente le respetamos el precio de mayoreo aunque se lleve una pieza”, comenta Lucy Velázquez, quien trabaja en un local a la entrada de la plaza.
Gabriela Martínez también llegó para comprar, pero ella viene a surtir su papelería, afirma que ha encontrado un aumento que llega al 20 por ciento en comparación al año pasado.
“El año pasado las hojas, las cajas, estaban en 450 pesos, ahorita está en 600 pesos. Como comerciantes sí nos está afectando muchísimo y como madre de familia igual porque si yo no vendo no tengo una economía para darle a mi familia”, dice.
Julio Rosa y Mónica Guzmán tienen un pequeño que va a ingresar a segundo año de primaria. El año pasado gastaron alrededor de mil 500 pesos, pero durante la entrevista ya llevaban 700 pesos, sin si quiera llegar a la mitad de la lista básica.
"Está al doble o más los precios en los colores, en los lápices, en las tijeras: unas que costaban 10 o 12 pesos, ahora te cuestan 30 pesos", afirma Julio Rosas.
Afuera de la Plaza Mesones tampoco es hay tanta gente, hay muy pocos vendedores ambulantes y de ellos, son contados los que se atreven a anunciar los productos que tienen, los mismos que esperan vender antes de que comience el ciclo escolar, el primero que se realizará de forma virtual por la pandemia del covid-19.
OMZI