El cobro de piso y las extorsiones a comerciantes y productores de cítricos, chiles y hoja de maíz de la sierra del Totonacapan, al norte de Veracruz, ponen en riesgo el abasto de estos productos en el mercado nacional e internacional.
Los delincuentes, pertenecientes a diversos grupos, mayormente al CJNG, a pesar del conocimiento de las autoridades, siguen imponiéndoles cuotas de 70 mil pesos por cosecha a los productores de maíz, cuya hoja se comercializa en México y mayormente en el sur de Estados Unidos, donde la producción de platillos de la cocina mexicana como los tamales y la elaboración de artesanía, se pone en riesgo, al escasear la hoja del maíz o dispararse el precio de la misma.
Productores aseguran que aparte de la cuota por cosecha, los obligan a pagar mil 500 pesos por tonelada del totomoxtle, como se le conoce en la zona a la mazorca.
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Los hombres del campo e intermediarios viven asolados por la delincuencia organizada, que les impone cuotas, las cuales si se niegan a pagar, pueden costarles la vida y su patrimonio.
Los municipios de Papantla, Coxquihui, Espinal, Martínez de la Torre, San Rafael, Tlapacoyan y Álamo Temapache han sido escenario de privaciones de la libertad, ataques a balazos y ejecuciones de comerciantes y productores del campo.
Productores afectados han denunciado de manera recurrente el problema —que el gobierno de Veracruz reconoció desde el año pasado— pero la situación no cesa.
En enero de 2022, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, reconoció en entrevista con medios de comunicación el problema de cobro de piso a los productores de hoja de maíz, y se comprometió a atender el tema.
Año y medio después, el 17 julio de este 2023, en conferencia de prensa, el mandatario veracruzano admitió que el delito persistía, pero ya habían realizado detenciones de integrantes de grupos delictivos dedicados a esto y que lo informarían a través de la Fiscalía.
Una semana después, el 24 de julio de 2023, la fiscal general del estado, Verónica Hernández Giádans, en conferencia de prensa, informó que, en el primer semestre del año, había detenido a 101 personas dedicadas al cobro de piso y extorsiones en la entidad; una quinta parte de ellos operaban en la sierra de Totonacapan y la zona citrícola del norte de Veracruz.
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A fines de agosto de año pasado, en Coyutla, en la comunidad “La Chaca”, fue asesinado el comerciante de hojas de maíz, José Matías, El Chupa Cabras, presuntamente porque ofreció un mejor precio por las hojas que disgustó a quienes “controlan” el mercado; en noviembre fue asesinado otro productor y comerciante Jaime 'N', por motivos similares.
Después de eso, los hechos de violencia en la sierra del Totonacapan se dispararon y fueron asesinados desde un comandante de la policía municipal en Coxquihui, hasta presuntos jefes de plazas con todo y familia como Fernando Pérez Vega, alias El Pino, ejecutado en la ciudad de Veracruz el domingo 22 de enero del 2023, además de los ataques a bares y cantinas en Poza Rica y Tihuatlán.
En todos esos casos, el gobierno del estado ha informado que se trata de disputas entre grupos delictivos que buscan controlar la plaza.
Cítricos y chiles también pagan cuotas
De manera paralela, en el último año, media docena de comerciantes y productores de cítricos han sido privados de la libertad o de la vida por criminales; en la mayoría de los casos presuntamente se trató de cobro de piso o extorsiones; el más reciente ocurrió el 11 de agosto de este año en La Palmilla, municipio de Tlapacoyan, donde en la báscula de naranjas de ese lugar, fue asesinado el comerciante citrícola, Domingo Pérez Herrera.
Los citricultores y productores de chile también se ven obligados a pagar cuotas, pero el temor hace que muy pocos se atrevan a denunciarlo públicamente.
El gobierno de Veracruz ya reconoció que el crimen organizado cobra piso a campesinos y comerciantes del norte del estado y la FGE informó que detuvieron a una de las bandas que buscaba controlar la venta de hoja de maíz.
Cuitláhuac García, a cinco años de administración, argumenta aún que su gobierno heredó a varios cárteles de la delincuencia organizada, y por eso, aunque atrapen a algunos, quedan muchos otros.
“Esta es una que quería controlar el comercio de la hoja de maíz. No dudo que haya otros que quieran ocupar su lugar. Por eso exhorto a la gente que denuncie, para que luego los jueces no los amparen, porque luego los amparan por cualquier cosita", refirió en conferencia de prensa en julio pasado.
Mientras tanto, los campesinos temen denunciar abiertamente lo que viven, saben que si lo hacen se exponen a ser asesinados o en el mejor de los casos se secuestrados o que los despojen de sus unidades y herramientas de trabajo.
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HCM