Jesús Hinojosa se levanta todos los días a las 5:30 de la mañana, se amarra las agujetas de sus tenis, comienza a correr desde su casa, ubicada en la Colonia Cubitos, e inicia su entrenamiento para tener condición física, necesaria para el papel que ha representado por cuatro años en Semana Santa, dándole vida a Jesús en el tradicional Viacrucis que, por segundo año consecutivo, se realizará a puerta cerrada y será transmitido por Facebook Live el viernes próximo.
En este trayecto aprovecha ver el arribo del sol sobre la ciudad, el ir y venir de algunos autos y piensa en que la pandemia debe terminar, la enfermedad que ha atacado al corazón de la entidad y ha dejado miles de muertos en el estado, entre ellos, dos compañeros que participaban en este evento religioso.
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“Vamos a seguir con las recomendaciones que nos ha pedido la autoridad estatal, así como la municipal, por lo que será sin público y se están cambiando los horarios para evitar aglomeraciones y pues uno no cree lo que está pasando; llevo 15 años participando en el Viacrucis y esta sería la segunda edición que no se hará de forma presencial por esta emergencia sanitaria.
“¡Fíjese! Yo empecé con esto por una manda que hice con el fin de que mi hijo estuviera bien, y hoy hasta él participa como seguridad del mismo”, narra Jesús.
Comenzó su participación siendo gente del pueblo, después le dieron el papel de soldado y luego participó como centurión, “ya después fui verdugo de Cristo y, hace cuatro años, se votó porque fuera Jesús y me siento honrado por eso”, dice orgulloso.
Indica que esta participación “es algo muy bonito”, pero para la interpretación debe prepararse física y espiritualmente desde seis meses antes de que se lleve a cabo el Viacrucis, “aunque este año, debido a la pandemia, la Iglesia del Espíritu Santo no pudo enviar a nadie para prepararnos, como lo hace cada año, pero nosotros seguimos con el proyecto y yo cargo con una gran responsabilidad”, dice.
Explica que para el Viacrucis debe de recorrer tres kilómetros cargando una cruz de madera que pesa entre 90 y 100 kilos, “es por eso que me salgo a correr cargando un tronco en los hombros y de Cubitos me dirijo hacia el Parque Pasteur, luego agarro Madero y salgo hacia la 11 de Julio, para después desviarme y tomar la Raza y regresar a mi casa, son más de cinco kilómetros y es la ruta que me hice”, señaló.
Desde hace un mes empezaron los ensayos y el comité organizador tiene listas la Ultima Cena, así como el lavado de pies y el tradicional Viacrucis, “aunque no estaremos completos porque hubo dos compañeros que fallecieron, unos más se enfermaron pero ya están recuperados”.
Mientras llega el día, Jesús atiende la ferretería que no ha disminuido sus ventas, “por lo que tengo mucho que agradecer a Dios, porque esta pandemia hizo que muchos estuvieran en su casa y realizaran trabajos dentro de sus hogares, y eso me ayudó a mi a no caer durante esta pandemia.
“Agradezco mucho todo, sobre todo el apoyo de mi esposa y mis hijos que no estarán presentes en este evento porque tenemos que poner el ejemplo, pero será el próximo año cuando hagamos algo grande, si es que ya desapareció la pandemia, porque queremos celebrar el 50 aniversario del Viacrucis en Cubitos, uno de los más tradicionales de la ciudad y que no desaparecerá, a pesar de la pandemia”, concluyó.