Gloria Rivero ya no escucha bien, debido a su avanzada edad, pero esta mañana de miércoles pidió a su hija, María Luisa Sánchez, que la llevara a la Basílica Menor de Santa María de Guadalupe, mejor conocida como La Villita, para recibir la cruz de ceniza que encamina a los creyentes católicos hacia la Cuaresma.
A paso lento, la mujer de 69 años pasó el atrio hasta llegar a la entrada principal en la que, por primera vez, solo se mantuvo abierta una de las puertas de madera que dan paso al interior de este centro religioso.
“¡Colóquese en el tapete desinfectante y cierre sus ojos!”, solicitó el párroco de la Villita, quien recibió a los visitantes a esta celebración religiosa con un atomizador desinfectante para rociarlos. Después, los creyentes pasaron a tomarse la temperatura y luego a sentarse en las bancas disponibles que quedaron confinadas con un listón amarillo, así la iglesia quedó al 25 por ciento de capacidad, tal como fue determinado por las autoridades sanitarias.
Gloria y su hija encontraron un asiento para estar presentes en la colocación de la cruz de ceniza en la frente, una tradición judía en la que la ceniza es un símbolo que representaba la fugacidad de la vida y el arrepentimiento de los pecados.
Mientras se alistaba todo para transmitir en Facebook la misa de las 12:00 del día, en el que se hizo un llamado a cuidar de la salud de los seres queridos.
Minutos antes de iniciar la homilía, y después de pasar por los filtros sanitarios, se colocó la cruz frente al altar aunque la acción fue suspendida por el inicio de la misa.
“Para mí es primordial venir a la iglesia, sentir que me colocan la ceniza, es una manera de volver a revivir, vivir y agradecer que estamos vivos”, expresó la señora Gloria Jiménez, que al igual que más de 80 personas, se dieron cita este miércoles para estar presentes en esta tradición católica.
El Arzobispo de Tulancingo, Monseñor Domingo Díaz Martínez, presidió la eucaristía en la Catedral de Tulancingo, donde también se apegó a la modificación del rito para el tiempo de pandemia permitido por la Santa Sede.
Tras bendecir la ceniza, Díaz Domínguez se dirigió a los presentes diciendo una sola vez y de manera general la fórmula del Misal Romano: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio”.
Colocó la ceniza a algunos fieles que, siguiendo con las medidas sanitarias, se acercaron para recibir el signo con el que comienza el tiempo de la Cuaresma.
También pidió ocupar los 40 días previos a Semana Santa para sanar el alma y el cuerpo, que en tiempos de pandemia ayudan a que exista una iglesia sana y saludable.
Cabe señalar que algunas parroquias e iglesias en Hidalgo, así como en otras partes del país, optaron por repartir la ceniza en pequeñas bolsas para que esta celebración pudiera llevarse a cabo en casa, con el fin de que continúen realizándose, aunque ahora en forma virtual y apegados a un manual o guía expedida de forma previa por las iglesias.
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