Separar hijos de su madre, segunda peor violencia contra las mujeres

Violencia de género

Diputada federal tamaulipeca urge a visibilizar y reconocer la violencia vicaria, que después del feminicidio, es lo más cruel que sufre el género

La violencia vicaria es frecuente y queda impune.
Cristina Gómez
Tamaulipas /

Considerada la segunda violencia más cruel que sufren las mujeres después del feminicidio, la agresión vicaria debe visibilizarse y legislarse para impedir que sigan creciendo sus efectos devastadores, afirmó la diputada federal Claudia Hernández Sáenz.

La legisladora tamaulipeca señaló que se ha llegado a ver como “normal” la amenaza masculina de quitarle los hijos a su ex pareja, lo que de entrada lleva implícita una profunda carga de violencia psicológica y de manipulación, en donde también se vulnera el derecho de la niñez y adolescencia a su sano desarrollo.

La diputada por Morena participó en días pasados en “Diálogos por la Infancia”, un ejercicio virtual de legisladoras con el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria, en donde se expresó que esta “cultura del desquite” se ejerce para atacar, agredir, controlar y someter a la mujer a través de sus hijos.

“Quien se los lleva no es un padre presente ni responsable económicamente y lo hace para evitar la pensión. Cuando regresan, los menores presentan depresión, ansiedad, fracaso escolar e inclusive ideas e intentos suicidas”.

Revictimización.

Niñas, Niños y Adolescentes son revictimizados mediante convivencias donde son forzados a ir con el padre y al romperse el vínculo materno filial se afecta su desarrollo.

Hernández Sáenz presentó una iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, propuesta que se encuentra en comisiones desde el pasado mes de marzo.

“La violencia vicaria tristemente es considerada extrema, catalogándose como la segunda violencia de género más cruel, ya que el feminicidio sin duda ocupa el primer lugar. El agresor quita u oculta las hijas e hijos impidiendo cualquier tipo de contacto con la madre así como limitando cualquier tipo de información sobre los mismos, lo que permite continuar violentando a la víctima”.

Explicó que la palabra vicario proviene del latín vicarius, que significa el que hace las veces de otro, derivado de vicis, turno o alternativa.“El vicario dentro de esta violencia son los hijos e hijas, los cuales ocupan el lugar de víctima en sustitución de la madre”.

Destacó que se requiere reconocer que ellas y ellos también son víctimas porque sufren directamente la consecuencia de la violencia que se ejerce contra sus madres.

CGCH

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