Desde el año 1251, todos los 16 de julio se celebra a la Virgen del Carmen, mejor conocida comoNuestra Señora del Santa María del Monte Carmelo, una de las advocaciones marianas más importantes del mundo. Su denominación procede de su veneración en el Monte Carmelo, en Tierra Santa.
La Virgen del Carmen, santa patrona de la orden de los Carmelitas Descalzos, una de las más importantes en la evangelización de la Nueva España, además de ser la patrona del mar y de la Armada española, advocación que se celebra en muchas localidades del litoral español.
Según la tradición, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le apareció a San Simón Stock, superior general de la Orden, entregándole el escapulario, el signo del culto carmelita, prometiendo librar del castigo eterno a los que lo llevasen.
El escapulario recibió reconocimiento papal hasta el año 1587 y ha sido respaldado por los pontífices posteriores.
Según la tradición, en el siglo XIV, la virgen se apareció al papa Juan XXII y le prometió ayuda contra sus adversarios si otorgaba una nueva aprobación a los carmelitas.
La virgen también prometió la salvación de los carmelitas profesos y de los devotos que llevasen la señal del hábito o el escapulario.
Según los carmelitas, La virgen descendería al purgatorio el primer sábado después de la muerte de las personas para llevar sus almas al cielo. Este dogma fue aprobado por el papa Juan XXII en la Bula del 3 de marzo de 1322.
La importancia de los carmelitas en México se gesta con los trabajos de Fray Pedro de Gante, quien trazó la primera configuración eclesiástica de San Juan Tenochtitlán e invocó a San Juan Bautista como el protector del pueblo.
Al inicio de la evangelización en México existían cuatro barrios, que los frailes franciscanos respetaron, para dar paso a las primeras cuatro capillas: San Sebastián Atzacoalco, San Pablo Teopan o Zoquipan, Santa María Cuepopan y San Juan Moyotla.
Años más tarde, Hernán Cortés recibió a una segunda generación de 12 franciscanos liderados por Fray Martín de Valencia, que llegaron con un decreto del Papa de evangelizar de manera formal.
¿Para que sirve el escapulario de la Virgen del Carmen?
El Papa Pío XII aseguraba que la devoción del escapulario de la Virgen del Carmen "ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales”.
De acuerdo con el medio católico ACI Prensa, hay 12 puntos que explican la devoción al escapulario, el principal símbolo de la Orden Carmelita y la Virgen del Carmen.
1. Para que se entienda mejor el significado del escapulario de la Virgen del Carmen, es importante es decir, no es un amuleto ni una garantía automática de salvación.
2. “Escapulario” viene del latín “scapulae”, que significa “hombros”, y originalmente era un vestido superpuesto que caía de los hombros, usado por los monjes. Los carmelitas comenzaron a usar como muestra de dedicación a la Virgen.
3. Es un regalo de la Virgen, pues según la tradición, el escapulario, tal como se conoce ahora, fue dado por la misma Virgen María a San Simón Stock el 16 de julio de 1251.
La virgen le dijo: “debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los carmelitas”. Más adelante, la Iglesia extendió este escapulario a los laicos.
4. Es un mini hábito, pues el escapulario actual es como un hábito carmelita en miniatura que todos los devotos pueden portar como muestra de su consagración a la Virgen. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café. Una se pone sobre el pecho y la otra sobre la espalda.
5. El escapulario es un uniforme de servicio, pues San Alfonso María de Ligorio, decía: “así como los hombres se enorgullecen de usar uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios”.
6. Tiene varios significados, como: El amor y la protección maternal de la virgen, la pertenencia a María y el suave yugo de Cristo que ella ayuda a llevar.
7. Es un sacramental, pues es reconocido por la Iglesia como tal, es decir, un signo que ayuda a vivir santamente y aumentar la devoción se los católicos.
8. Puede ser dado a un no católico.
De acuerdo con la tradición, un día le llevaron a san Simón Stock un anciano moribundo, quien al recobrar el conocimiento le dijo al santo que no era católico, que usaba el escapulario como promesa a sus amigos y que rezaba una Ave María diariamente. Antes de morir recibió el bautismo y la unción de los enfermos.
9. Fue visto en una aparición de Fátima, cuando Lucía, la vidente de la Virgen de Fátima, reportó que en la última aparición en octubre de 1917, que la Virgen María se apareció con el hábito carmelita y el escapulario en la mano; pidió que sus verdaderos hijos lo lleven con reverencia y que los que se consagren a ella lo usen como signo de dicha consagración.
10. El beato Papa Gregorio X fue enterrado con su escapulario, y 600 años después, cuando abrieron su tumba, el escapulario estaba intacto. Algo similar pasó con san Alfonso María de Ligorio. San Juan Bosco y san Juan Pablo II también lo usaban, y san Pedro Claver ponía el escapulario a los que convertía.
11. El escapulario se impone, se debe hacer preferentemente en comunidad, y procurar que en la celebración quede bien expresado el sentido espiritual y de compromiso con la virgen.
La imposición, por primera vez, la debe de hacer de preferencia un sacerdote, con una oración como la siguiente: “recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que, por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna”.
12. El escapulario debe estar bendito, cuando se ha gastado el escapulario puede reemplazarse por uno nuevo bendecido, no se tira a la basura, sino que se quema o se entierra, como signo de respeto. El nuevo escapulario se lo puede imponer el mismo devoto.
JLMR