Hace tres años, Armando Uri se preparaba para ser sobrecargo de una aerolínea mexicana, él había pasado todos los filtros necesarios para ser contratado, pero nunca se imaginó que su sueño se truncaría, luego de que Volaris no lo contrató por ser portador de VIH.
“Para mí fue muy complicado, y muy difícil, porque es el sueño de mi vida, yo me gradué con un promedio excepcional, y le eché muchas ganas para llegar hasta donde yo quería”, expresó a MILENIO.
Tras elegir a un grupo de diez personas, Volaris les pidió realizarse exámenes de sangre como requisito para firmar el contrato, sin decirles que harían pruebas reactivas a VIH, Sífilis y de embarazo.
Al tener los resultados realizados por el Laboratorio Médico Polanco, propiedad de Médica Sur, Volaris le aviso a Armando que no sería contratado.
“Mediante correo electrónico, bastante vacío y lo digo vacío porque era un correo muy frío en donde me daban las gracias y que daban por concluida mi participación en dicho procedimiento”, recordó.
Ante la frustración que sintió al momento de ver el correo, en 2018 Armando interpuso una queja por discriminación contra Volaris, por violar los artículos primero y quinto de la Constitución, los cuales prohíben toda discriminación motivada por condiciones de salud, y ninguna persona podrá impedirse dedicarse a la profesión que le acomode en donde el ejercicio de esta libertad solo podrá vedarse por determinación judicial cuando se ataquen los derechos de terceros, respectivamente.
Así como una norma oficial de la Secretaría de Salud (NOM-010-SSA2-2010), en donde obliga a la confidencialidad en los resultados de exámenes médicos.
“Quisimos presentar una demanda por daño moral, por tres situaciones muy puntuales: la primera, discriminación por no permitirle trabajar por tener una condición; la segunda, por haberle realizado unos estudios sin su conocimiento; y la tercera, por la revelación de los resultados de los mismos”, mencionó Jessica González, abogada de Armando.
La denuncia llegó a tribunales, y se ordenó más de tres veces a Volaris y Médica Sur, inscribir la demanda por daño moral ante la Bolsa Mexicana de Valores ( BMV ), donde ambas cotizan, para que los accionistas se dieran por enterados.
Hasta la fecha, ninguna de las dos ha cumplido a pesar de que el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) concluyó que Armando fue efectivamente discriminado.
La abogada de Armando sabe que este proceso va para largo, pero ven la luz al final del túnel.
A tres años de lo sucedido, Armando quiere que Volaris y Médica Sur reconozcan que fue discriminado por ser portador de VIH, y su caso sirva de ejemplo para que todas las empresas mexicanas que aún comenten estas violaciones a las leyes, dejen de hacerlo.
“Volaris tiene serofobia, yo invito a Volaris a que instruya a sus empleados a que se capaciten en el tema de la transmisión del VIH”, externó.
Por "aspectos técnicos" Armando no fue contratado
MILENIO contactó a Volaris y negó dar alguna postura sobre el caso, sólo reenviaron el comunicado que han venido manejando desde hace meses, en donde explica que si Armando no fue contratado, fue por “cuestiones técnicas”.
“En relación con el proceso legal del señor Armando Uri, Volaris no está en posibilidad de compartir detalles dado que dicho asunto se encuentra en curso. Sin embargo, rechazamos categóricamente lo expuesto por el señor Cepeda, pues las razones por las cuales no se concretó su contratación radican en otras muy distintas a las que él asegura, relacionadas principalmente con aspectos técnicos profesionales propios de la labor y puesto al que aspiraba”, se lee en su comunicado.
También se intentó contactar a Medica Sur y Laboratorios Médico Polanco, pero ninguna contestó a la solicitud de entrevista.
JLMR