HISTORIA
Coral Hinojosa Méndez tiene 18 años, estudia la prepa, vive en la colonia Cubitos y es una de las seis mujeres que realizará este año su Servicio Militar Nacional (SMN) de manera voluntaria junto a 400 jóvenes.
Espera de pie junto a su madre a que inicie la ceremonia de bienvenida en el segundo fin de semana de adiestramiento en el 96 Batallón de Infantería de la 18va Zona Militar. Mira a lo lejos a las compañeras que conoció el sábado anterior en el primer día de actividades y se reúne con ellas.
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Coral viste en este día de sol sin nubles, tenis negros, jeans azules, una playera blanca con las iniciales SMN y una gorra roja.
La joven que apenas alcanza el metro con 57 centímetros de estatura es firme en sus ideas al responder por qué entró al Servicio Militar Nacional de manera voluntaria.
“Quiero demostrar que no existe el género débil, que las mujeres como los hombres pueden hacer las cosa que quieran”, dice.
Es originaria de la ciudad de Pachuca, tiene dos hermanos mayores, juega basquetbol y cuenta que sus papás no se esperaban que quisiera hacer su Servicio Militar.
Cuatro de sus tíos son militares en la base de Santa Lucía, sus hermanos realizaron su Servicio Militar y fue ahí donde tomó la decisión de ingresar de manera voluntaria.
“Mis hermanos me dijeron que estaba bien porque ellos saben que todas las mujeres queremos igualdad y me dijeron que yo lo puedo demostrar, que tenemos la misma capacidad que los hombres”, cuenta.
Su mamá la respaldó en su decisión pero su papá no estuvo de acuerdo en un inicio en que realizara su Servicio Militar Nacional hasta que finalmente lo asimiló.
“Me dijo que cómo quería aprender eso, que qué tal si me lastimaba, pero le dije que sucede lo mismo con los hombres, que también ellos se pueden lastimar, al final lo aceptó y me dijo que me cuidara”, dice.
Antes de ingresar a realizar su servicio Coral acudió a la 18va Zona Militar en donde le pidieron como requisitos su acta de nacimiento, copia de sus estudios y la autorización firmada de sus padres.
-¿Y tus amigas qué te dijeron cuando les contaste que entrarías al Servicio Militar Nacional?
-Me dijeron que cómo era posible si ellas no lo harían, pero yo les dije que no todas pensamos igual. Yo quiero demostrar que sí puedo.
Coral solo había entrado solo una vez a la 18va Zona Militar. El primer sábado de adiestramiento, junto el resto de sus compañeras y jóvenes los pusieron a marchar, les enseñaron las distintas posiciones de descanso y les dijeron que les enseñarán el manejo de las armas y la utilización del arnés para escalar.
-¿Y qué piensas de todo lo que te van a enseñar?
-Que está muy padre.
-¿Qué sentiste cuando entraste a la 18va Zona Militar?
-Me sentí muy bien porque hay mucha disciplina.
Durante un año, todos los sábados, de ocho de la mañana a la una de la tarde, Coral recibirá adiestramiento militar en el 96 Batallón de Infantería.
Dice que anteriormente a las mujeres voluntarias se les entregaba una constancia, sin embargo les informaron que este año se les dará por primera vez su cartilla del Servicio Militar Nacional.
-¿Qué te gustaría aprender durante el año que de Servicio Militar?
-A ser más disciplinada porque en mi vida diaria no lo soy tanto -. Sonríe.
-¿Y qué opinas del Ejército?
-Para mí es un orgullo porque tengo familiares que pertenecen al Ejército mexicano.
Los jóvenes y los soldados comienzan a formarse en la explanada del 96 Batallón de Infantería. Coral se va con sus compañeras a tomar su posición.
En la ceremonia protocolaria Coral saluda a la bandera tres veces de manera firme.
La joven mujer está segura de una cosa: quiere aprender nuevas cosas en el Servicio Militar Nacional.