Zapopan se llena de danza

35 mil danzantes acompañaron ayer a La Generala durante la Romería. Hoy se les reconoció, y Plaza de las Américas se llenó de fiesta

Miles de cascabeles a pie de los bailarines que retoman la tradición prehispánica a través de la danza (Perla Gómez)
Los tambores suenan y los pies cobran vida. (Perla Gómez)
Perla Gómez
Guadalajara /

Los tambores suenan y los pies cobran vida, atienden al llamado. Miles de cascabeles a pie de los bailarines que retoman la tradición prehispánica a través de la danza, se hicieron sonar en Plaza de las Américas este sábado, donde se les reconoció su participación en la Romería y donde pudieron ver y bailarle una vez más a la Virgen de Zapopan.

Fueron 35 mil danzantes, de 289 grupos, quienes ayer acompañaron a la Virgen de Zapopan en su trayecto desde la Catedral Metropolitana, hasta la Basílica.

El sonido de los tambores y los cascabeles, de las correas chocando en el piso, el colorido de las ropas y los pesados penachos, son ya elementos que forman parte de la tradicional Romería, y a través de los cuales los bailarines se llenan de gozo para honrar a La Generala.

Todos ellos lucieron de nuevo hoy en la explanada de la Basílica de Zapopan, ante los ojos de aquellos propios y turistas que se encontraban en el lugar y que no dejaban de sorprenderse y fotografiar a los danzantes.

Juan fue uno de ellos, que hoy, por segundo día le bailaron a la Virgen a pie de su casa, lo ha hecho desde que tiene uso de razón gracias a una tradición heredada por sus abuelos. Para él danzar en la Romería representa el más grande honor, pues dice "la virgen lo es todo".

Laura, quien baila en el mismo grupo que Juan, cuenta con lágrimas en los ojos que para ella danzarle a la Virgen es la más grande devoción, pues le agradece el haber curado a su mamá de una enfermedad y haberse llevado a su padre de este mundo el 13 de octubre del año pasado.

(Juan y Laura. Ambos tienen 60 años y siguen siendo orgullosos danzantes).

Cada uno de los 35 mil danzantes tienen una historia detrás que los lleva a rendirle homenaje a La Generala, por ello no importa el cansancio, o las heridas del cuerpo, devotamente cada año llenan de color y fiesta el viaje de La Zapopana a casa.

Este domingo se llevó a cabo un ceremonia de purificación al sonido de paso de marcha y el toque de caracol, y los miles de danzantes reunidos en la explanada de la Basílica se pusieron de frente hacia ella y la imagen de la Virgen para recibir sus bendiciones.

Durante la ceremonia el alcalde zapopano, Pablo Lemus, entregó un reconocimiento a los directores generales de los cuarteles de danzantes.

MC

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