La titular del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez-Buylla, dejó en claro a la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma) que el gobierno federal sólo invertirá en innovaciones y medicamentos que beneficien a los sectores más pobres y tengan un impacto social, “no de lucro”.
En la firma de un convenio de colaboración, Álvarez-Buylla explicó que el gobierno federal desea colaborar con la industria farmacéutica para que “detone el desarrollo económico del país y de empleos de alta calidad” entre los jóvenes científicos en el corto, mediano y largo plazo para “evitar la fuga a otros países”.
“La alianza contribuirá a mejorar la calidad de vida, el bienestar y la salud de los mexicanos. Con ello, tener asegurado el sustento y que la transformación sea duradera para recuperar con una ética intachable, un sentido de austeridad, honestidad y sentido social la soberanía en la producción de fármacos críticos que necesita el país para un acceso sustentable y universal a las medicinas”.
Conacyt, dijo, está dispuesta a dejar atrás lo “obsoleto”, pero solo trabajarán en proyectos prioritarios e imprescindibles, adecuado y seguros. “Que realmente estén guiados por el sentido de la salud, del bienestar y no el lucro”.
También dejó en claro que continuarán con el sistema de compras de medicamentos e insumos a través de la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops).
Necesario, impulsar en México investigación
Miguel Lombera González, presidente de la Canifarma, explico que ante la crisis de salud pública generada por la pandemia, es necesario impulsar en México, a través de la ciencia, la investigación básica y clínica así como desarrollo tecnológico.
Las actividades de ciencia y tecnología constituyen un elemento nivelador en las sociedades, pues posibilita el desarrollo de las personas, particularmente las más marginadas y vulnerables.
“Los esfuerzos globales de investigación y desarrollo han llevado a procesos de innovación que hicieron posible que la humanidad contara, basadas en tecnologías conocidas y en tecnologías nuevas, con un conjunto de vacunas en tiempo récord, como la de ARN mensajero, que posee potenciales aplicaciones para otros padecimientos crónico-degenerativos que enfrentamos en México y en el mundo”, dijo Lombera.
Desde su punto de vista, las políticas públicas en ciencia y tecnología no son de resultados a corto plazo, pues es necesario alcanzar la madurez de las comunidades académicas, científicas y tecnológicas, y modificar el entendimiento de los sectores educativo y empresarial con el gobierno.
“Este es un reto compartido por nuestro sector productivo con el Conacyt, por ello, celebramos la suscripción del presente convenio, pues consideramos que este constituirá uno de los pilares de una política pública que coloque en el centro a los mexicanos, a sus necesidades de salud, basados en las prioridades que marquen las autoridades sanitarias de nuestro país, al tiempo que vayan de la mano de una política de desarrollo de la industria farmacéutica establecida en México, con sus innovaciones globales y las que se desarrollan en nuestro país”, añadió.
La industria farmacéutica establecida en México es la segunda más importante de América Latina y la doceava a nivel mundial.
“Concordamos con el gobierno en mantener la ética y transparencia, situación que refrendamos con los códigos correspondientes, los cuales tienen como objetivo ser la base de la actuación de las empresas en el ramo de la industria farmacéutica establecida en México. Cabe señalar que recientemente aprobamos nuestro nuevo Código de Integridad, Ética y Transparencia, refrendando nuestro compromiso en contra de la corrupción”, añadió el presidente de la Canifarma.
Los productos que esta industria elabora generan beneficios que poseen un impacto en la sociedad en su conjunto en dos sentidos: Primero, al producir insumos básicos para ser empleados en la prestación de servicios de salud, vehículo de una mejor asignación de los recursos sociales y realización de un derecho fundamental.
Y segundo, al ser una actividad que colabora en la diversificación de la economía del país, con bienes elaborados con alta tecnología e innovación, de alta derrama económica nacional y al mismo tiempo que forma parte de cadenas globales de valor.
JLMR