El dirigente interinode Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, insistió en que es necesario medir la riqueza de la población del país, por lo que dijo que si el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) no realiza esta acción, el Banco de México (Banxico) puede hacerlo.
“El Inegi tendría esa función. Si no quieren que sea el Inegi, pues yo creo que el Banco de México; pero lo que ya no podemos es dejar de medir la concentración de la riqueza, las grandes fortunas y no puede seguir siendo medida sólo con publicaciones en revistas”, aseveró.
Por su parte, en videoconferencia, empresarios agrupados en la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) advirtieron que no hay necesidad de dotar al Inegi de facultades para medir la riqueza en el país porque ya lo hace el Sistema de Administración Trubutaria (SAT).
En ese sentido plantearon que para que haya un verdadero estado de bienestar se deben sanear las finanzas públicas y reactivar la inversión, a través de la contratación de deuda.
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Ante el dirigente interino de Morena durante el foro virtual “Y después del covid-19 ¿qué?”, especialistas de la Concamin encabezados por el presidente del organismo, Francisco Cervantes, advirtieron que para que se logre un verdadero estado de bienestar y medirlo, el Inegi no debe convertirse en una policía fiscal.
“En el SAT ya hay ciertas potencialidades desarrolladas”, por lo que sugirió que se estructure bien lo que ya se tiene, antes de ampliar las facultades constitucionales del Inegi, sostuvo José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Señaló que en 2021 se requerirán 600 mil millones de pesos adicionales a lo presupuestado este año y esos recursos no saldrán de la economía si no hay un crecimiento de por lo menos cuatro puntos, por lo cual es necesario emprender acciones para detonar la inversión.
A su vez, el ex embajador de México en Canadá, Francisco Suárez Dávila, dejó en claro que se requiere una deuda “bien aplicada” para que haya inversión pública y advirtió que el actual gobierno naufragará si no rectifica sus políticas, y reconsidera que “sin inversión no habrá recuperación”.
Sostuvo que para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, “los resultados son muy negativos y pueden ser catastróficos si no se hace nada”.
Explicó que para articular la política de bienestar social con el desarrollo, “se requieren recursos y no hay de otra, se requiere deuda, el Fondo Monetario Internacional. Eso sí, bien aplicada, inversión pública de a deveras, bien cuidada, no inversión pública dilapidadora y absurda”.
Agregó además que “la nueva política del Presidente en la época del coronavirus simplemente contiene muchos errores, va contracorriente de lo que están haciendo los principales países y nos puede llevar a una crisis severa”, por lo que planteó modificar la política social “de buenas intenciones pero fragmentada por recursos insuficientes”.
En su intervención, Ramírez Cuéllar defendió su planteamiento de dotar de facultades de medición de la riqueza al Inegi, y apuntó que para superar las carencias, es necesario no solo ubicar dónde está la pobreza.
“El SAT tiene otras funciones claramente de recaudación, lo que queremos es que el Inegi mida el bienestar subjetivo y tenga un mandato constitucional para darle fuerza a un fenómeno que está generando desigualdad a consecuencia de la concentración de las grandes fortunas", argumentó.
Insistió en que el Inegi no entrará a las casas, simplemente, apuntó, como lo hace el Coneval, hará diagnósticos y tendrá acceso a las bases de datos del SAT para que a partir de sus conclusiones se definan políticas públicas para reducir la desigualdad.
Ramírez Cuéllar pidió a los industriales agrupados en la Concamin, sumarse a un acuerdo de solidaridad nacional que incluya una convención hacendaria para analizar la progresividad fiscal, pues admitió que existe una enorme debilidad tributaria del estado. Incluso señaló que las estimaciones refieren que para diciembre habrá un faltante de 400 millones de pesos, reflejo de la enorme debilidad fiscal del estado.
“Siento que aventamos la papa caliente porque las propuestas están diseñadas, hay claridad sobre lo que debemos hacer, pero en estos momentos el requerimiento mayor es el de construcción de diálogo y puentes para sacar adelante al país, porque si no nos juntamos todos, difícilmente vamos a salir adelante”, dijo el dirigente interino a los industriales.
En respuesta, el líder de Concamin, Francisco Cervantes aceptó la propuesta, para que a través de los industriales del país haya un acuerdo para construir diálogo y una convención hacendaria, pues dijo que los empresarios buscan construir, “no destruir”.
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