Condena global a la “parodia” de autoimposición de Daniel Ortega

Repudian Unión Europea, Costa Rica, Perú, Ecuador, Chile, Uruguay y Colombia los resultados electorales; el régimen sandinista presume 75% de votos

Exiliados nicaragüenses en Costa Rica se manifiestan contra la reelección. EFE
Daniel Lozano
San José /

El epílogo de la parodia electoral nicaragüense, con los resultados oficiales proporcionados en la madrugada por el Consejo Supremo Electoral (CSE), provocó un aluvión de censuras de la comunidad internacional.

Ajeno a las miradas críticas del planeta, el CSE comunicó lo que ya todos sabían: el “triunfo” del boleto electoral conformado por Daniel Ortega y Rosario Murillo. Los magistrados han adjudicado a la candidatura sandinista 75.92 por ciento de los votos.

Esa parte del resultado tiene su lógica, porque el caudillo sandinista competía contra cinco falsos rivales, comparsas del “circo” electoral. El que obtuvo mejor resultado fue Walter Espinoza, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), aliado histórico de la revolución, que alcanzó 14.40 por ciento. Todo parte de la misma ecuación, que sacó fuera del juego político a los siete candidatos opositores de verdad que permanecen detenidos en condiciones inhumanas desde hace meses.

El dato que no tiene ninguna credibilidad para opositores, sociedad civil y comunidad internacional, que vieron durante todo el domingo las calles semivacías y los centros de votación bajo mínimos, es el de la participación. Según el CSE, alcanzó 65.34 por ciento, todo un “éxito” dadas las circunstancias. Los datos contrastan de forma radical con los cálculos realizados por Urnas Abiertas, que estima que la abstención nacional osciló entre 79 y 84 por ciento.

Las nuevas sanciones de Washington parecen inminentes. De inmediato, el gobierno de Costa Rica, de abolengo democrático en Centroamérica, desconoció los resultados.

Siguieron Chile, Colombia y Uruguay y se espera que se una buena parte de los países de la región (más tarde se les sumó Perú y Ecuador). Para hoy está previsto que la OEA debata la farsa de Ortega, con varios miembros que amagan con exigir la salida de Nicaragua del organismo.

La Unión Europea (UE) y España se sumaron a la censura, sin contemplaciones ni paliativos.

En el bando revolucionario están los de siempre, con Nicolás Maduro a la cabeza. No por Nicaragua, pero sí a favor de su dictadura, se situaron también los gobiernos de Cuba y Bolivia.

En Europa, Rusia y sus satélites de Abjasia y Osetia del Sur aplaudieron las “condiciones democráticas” de la farsa, incluso Moscú fue más allá al considerar “inaceptable que EU no reconozca el voto”.


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