“Y ahora que estamos juntas, y ahora que sí nos ven, abajo el patriarcado, se va a caer, se va a caer, y arriba el feminismo que va a vencer”, fue la frase que vitorearon activistas femeninas durante la sesión de clausura del primer Parlamento de Mujeres de la Ciudad de México.
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Tras siete meses de trabajos legislativos, las parlamentarias exigieron al Congreso capitalino y al resto de las autoridades de la ciudad impulsar leyes y acciones para combatir la violencia contra las mujeres, principalmente, en el transporte público.
Al hacer entrega de un informe del trabajo a Paula Soto, presidente de la Comisión de Igualdad de Género del órgano legislativo, las involucradas le solicitaron promover “calles seguras para caminar sin miedo, promover el respeto de los vagones exclusivos para mujeres y sensibilizar la impartición de justicia en diferentes instancias judiciales de la ciudad”.
En tribuna, Edith Álvarez Flores, activista, señaló que el Estado le ha quedado a deber a las mujeres porque no les ha garantizado su derecho a la justicia, y mucho menos al debido proceso.
Advirtió que las autoridades deben garantizar la atención a las mujeres, y advirtió que la marcha del viernes pasado no fue una provocación.
“Declara la ONU que todas las mujeres y niñas tienen derecho a no ser violentadas, y apoyamos al exigencia de todas las mujeres al acceso y derecho a la justicia y al debido proceso, este es el derecho fundamental que el gobierno debe garantizarnos y no el respetar monumentos ni vidrios, que quede claro no fue una provocación”, refirió.
Pidió que las iniciativas que generaron durante siete meses que estuvieron laborando “no se queden en el escritorio sino que se impulse y tenga la voluntad política para que se comprometan a revisar cada una de ellas”.
Por su parte, la legisladora morenista, Paula Soto, se comprometió a presentar las iniciativas surgidas de este ejercicio ciudadano.
Resaltó en referencia a las movilizaciones “que nos indigne más una puerta o una pared que una violación más de una niña, una joven o una mujer de la tercera edad es algo que rompe las entrañas de cualquiera que tenga un mínimo de empatía, cualquiera que ame a las personas con las que convive, cualquiera que entienda el dolor de una pérdida”.
Exigió detener la violencia contra las mujeres, y señaló que la problemática social que enfrentan ha propiciado que su causa sea el paraguas para defender los derechos de todas las personas.
“Que la violencia no marque nuestras vidas. Nunca más lo hagamos presente, que sea un episodio y no el guión completo de nuestro día a día. Que sea lo que nos impulse a combatirla, a afrontar la más mínima amenaza, que nuestras historias nos hagan renacer una y otra vez, más empoderadas, como una mejor versión de nosotras mismas”, concluyó.
EB