Durante los últimos años ha escalado el movimiento social para derribar monumentos de conquistadores en diversos países de América. México no ha estado exento, pero las protestas contra la colonización han sido bandera contra el racismo, la esclavitud y el genocidio.
El 12 de octubre de 1992 fue la primera vez que manifestantes intentaron derrumbar el Monumento a Colón en el Paseo de la Reforma, pero esa no fue la única ocasión que sucedió un hecho similar como protesta por la colonización de América.
En San Cristóbal de las Casas, ese mismo año, indígenas derribaron la estatua del conquistador Diego de Mazariegos, lo mismo que en Michoacán, donde también despedazaron el monumento del virrey Antonio de Mendoza.
Los movimientos contra el genocidio y el esclavismo se hacen más latentes a propósito del Día de la Raza, como ocurrió en la Ciudad de México donde el gobierno de la ciudad decidió retirar la emblemática estatua ubicada en el Paseo de la Reforma.
En Colombia, el 17 de septiembre pasado también ocurrió un hecho similar con la estatua del conquistador español Sebastián Belalcázar en Popayán, capital de Cauca. El Movimiento Alternativo Indígena y Social fue el promotor de la acción que se consumó como un intento de reivindicación de la memoria de los ancestros asesinados y esclavizados.
“De Belalcázar fue un genocida que masacró a los pueblos que conquistó. Mi respeto a los Misak que hoy reivindican sus muertos. Al suelo un símbolo de 500 años de esclavitud”, dijo la presidenta del Movimiento Alternativo Indígena y Social (Mais), Martha Peralta a través de sus redes sociales.
En Portland, Oregón, activistas convocaron el pasado 12 de octubre al “día de la ira de los pueblos indígenas” y derribaron las estatuas de los ex presidentes Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln.
En junio pasado, una estatua de Cristóbal Colón fue retirada de un parque público en San Luis Missouri debido a las crecientes manifestaciones por la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minneapolis.
Pero no fue el único caso, también fueron derribadas por manifestantes, estatuas del conquistador en Richmond, Virginia, lo mismo que en California, Illinois y Boston, donde fue decapitada.