Consejero del INE presenta en FIL de Guadalajara libro sobre populismo

Ciro Murayama comentó que el libro “Yo, El pueblo. Cómo el populismo transforma la democracia” fue escrito por Nadia Urbinati, y coeditado por el INE.

Ciro Murayama, consejero del INE
Jannet López Ponce
Ciudad de México /

El consejero del Instituto Nacional Electoral (INE), Ciro Murayama, presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara el libro  “Yo, El pueblo. Cómo el populismo transforma la democracia” escrito por Nadia Urbinati, coeditado por este instituto y por la editorial Grano de Sal.

En el libro se expone que el populismo necesita de sus enemigos para sobrevivir. Los necesita activos y vigentes para poder mantener sus discursos frente al “pueblo bueno” que dicen representar, y para culparlos si no logra cumplir los resultados que le prometió a su público, una audiencia acostumbrada a limitarse a aplaudir al líder.

Ciro Murayama explicó que esta obra estudia al populismo como proyecto de gobierno y fuerza gobernante en vez de abordarlo como un movimiento popular, que trasmuta los principios y reglas básicas de la democracia al grado de desfigurarla y señaló que la autora comienza distinguiendo el populismo con el fascismo, pero mostrando cómo al final, terminan siendo similares.

“El primero no suspende las elecciones libres y competitivas y tampoco les quita un papel legítimo, de hecho, la legitimidad electoral es un factor definitorio en los regímenes populistas, más aún, el fascismo es tiranía y la dictadura. El fascismo en su poder es siempre antidemocrático no sólo en su discurso sino también de facto. Mientras el populismo es ambiguo, el fascismo no lo es”, dice el libro.

La autora propone entender el populismo como una práctica que se usa para llegar al poder por medios democráticos, pero con fines no democráticos, basado en la animadversión hacia la oposición política organizada y hacia el periodismo profesional.

El libro destaca que “el populismo siempre requiere de sus enemigos: que estén vivos y activos” y toman el nombre de su líder para representantes, “como el chavismo”, por ejemplo.

“Basta con que acusen a los enemigos del pueblo de corruptos o inmorales y que declaren que el líder populista está decidido a llevar al pueblo al poder y esto vale para Fujimori, Evo Morales o Trump”.

Movimientos que se convierten en una idolatría mucho más cercana a la dictadura, en los que el líder busca cambiar el pensamiento de la ciudadanía que se centre en acusar a los enemigos del pueblo.

“Si no logra los resultados prometidos, la responsabilidad debe caer en los enemigos del pueblo que nunca desaparecen y nunca duermen; de este modo, el líder irresponsable recurre a menudo a teorías de conspiración como una suerte de ideología de la excusa. El populismo no puede responder si quiera a los problemas contra los cuales, reaccionan los populistas, así que es un flagelo para la democracia y una falsa promesa de bienestar y mejora para sus seguidores”.

En la presentación también participó el investigador Mariano Sánchez, quien expuso cómo se ha abusado del término populista en los últimos años y cómo se trata de un movimiento “increíblemente maleable” a quienes sea lo que sea que se les cuestione “siempre responderán nombrando a los enemigos del pueblo”.

La investigadora Guadalupe Salmorán destacó que los populistas, una vez que llegan al poder, “usan las propias constituciones para afianzar sus visiones de gobierno” que “se basa sí o sí en una visión unitaria del pueblo, absolutización del principio de la mayoría”.

irh

LAS MÁS VISTAS