Las corcholatas de Morena –esas que están en funciones de un cargo público y al mismo tiempo en la mira de su autoproclamado destapador, o sea el presidente Andrés Manuel López Obrador, que anda viendo quién es el bueno para el relevo generacional- trasladaron a las redes sociales las guerras intestinas del partido por la sucesión en la presidencia en el 2024.
La urgencia por volverse influencers dos años antes de que se realicen las elecciones presidenciales se debe, en gran medida, a que saben que todo lo que se diga en las redes sociales, y por lo tanto, la percepción general que se tenga de ellos puede ser definitorio al momento de realizarse las encuestas que van a engendrar al segundo candidato presidencial de Morena en su historia.
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La primer corcholata que se destapó como influencer fue el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, que el miércoles de la semana pasada hizo público su número telefónico para que cualquiera pueda enviarle mensajes de WhatsApp –los que insiste contesta de manera personalísima- y paralelamente hizo una transmisión en vivo a través de su cuenta de Facebook donde con celular en mano leyó parte de la correspondencia electrónica que le llegaba en ese momento.
Se mostró jocoso, amable, envió saludos y hasta hizo bromas: "Me están preguntando si estoy en este chat", dijo. Entonces volteó muy teatral como buscando a alguien a su lado y remató: "¡sí, soy yo el que está en este chat! No hay nadie. Estoy aquí. ¿Por qué es importante? Vas a preguntarme, ¿por qué está haciendo esto? Porque luego es muy difícil comunicarse, o sea, cómo me entero lo que ustedes necesitan, critican, proponen si no es por ésta vía, ¡hay que dedicarle tiempo! Ahora, sí tengo un chorro (de mensajes), estoy leyendo así, híjole, ¡rapidísimo!".
El vídeo en vivo alcanzó las 16 mil 753 reacciones y rebasó los cinco mil comentarios en una cuenta de 369 mil 953 seguidores.
Durante la transmisión interactuó por cerca de veinte minutos con el público que le hizo preguntas de temas como la nueva matrícula consular, los nuevos pasaportes electrónicos, la invasión de Rusia a Ucrania, la vacuna contra la viruela de mono o su opinión sobre los vehículos eléctricos.
Pero también le hicieron llegar algunas peticiones como una para encontrar a los familiares de una señora en Estados Unidos o propuestas para dar a conocer a México en el mundo.
Y la cosa no paró allí. Unos días después, cuando visitó Guadalajara el fin de semana se reunió con uno de los ciudadanos que le escribió en ese primer video con una propuesta.
"Me dio gusto reunirme este fin de semana con Félix Madrigal. Él me mandó un mensaje por WhatsApp para platicarme de su proyecto de saneamiento y calidad del agua en Zacoalco de Torres, Jalisco. Lo invité, aprovechando que estuvimos en su estado, para platicar de ello", escribió el canciller en su cuenta de Facebook con una foto donde se le ve con el ciudadano.
Las otras corcholatas no podían quedarse atrás. Aunque, en los hechos Ebrard ya se les adelantó en la búsqueda de ganarse a las bases del partido ahora por internet, igual que les hizo en carne viva tras el llamado “desayuno de la unidad” celebrado en Toluca donde el canciller no se tomó la foto familiar de Morena para poder pasar más tiempo tomándose fotos con la gente que los esperaba a los tres en el mitin político posterior a la reunión de cúpula.
Ya con cinco días de desventaja la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, decidieron entrarle al juego de las influencias y la comunicación directa en las redes sociales este lunes.
De manera sorpresiva, el lunes por la noche Sheinbaum también hizo un Facebook Live aprovechando que casi triplica a Ebrard en seguidores con 953 mil 588. Comenzó la competencia de transmisiones en vivo y videos en sus redes sociales.
Optó por un video de más de 15 minutos en el que mostró el interior del "pequeño" departamento donde aseguró que vive en Tlalpan, con su pareja, en la colonia Toriello Guerra.
“Este es el departamento aquí rento desde hace…creo cinco o seis años. Les voy a mostrar cómo es el balconcito, esta es la pequeña unidad en donde vivo, así se ve”, agregó.
La diferencia con Ebrard: sacó una guitarra acústica y cuando todos esperaban que empezara a entonar una canción dijo “ya en otra ocasión cantamos juntos”. Eso sí, tocó tan sólo un par de notas como afinando el instrumento, así como se empiezan a afinar sus aspiraciones para quedarse con la candidatura de Morena.
Otro que se subió al ring de las influencias en redes sociales fue el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, que igual que Ebrard dio a conocer su número de WhatsApp para que le manden mensajes y en un guiño a las otras corcholatas dijo socarrón: "Yo sí respondo, mándame uno”.
Pero ni Adán Augusto ni Ebrard han contestado a MILENIO que en un ejercicio para documentar la forma en que ambos interactúan con la gente que le envía mensajes por Whatsapp les pregunto: "¿Qué principal cualidad debería tener el próximo presidente de México?".
Finalmente, lento pero seguro, la corcholata que no es corcholata -o por lo menos no es reconocida como tal por el destapador- el senador, Ricardo Monreal, que ha insistido una y otra vez que va a ser quien se quede con la candidatura de Morena también le ha entrado a las redes sociales.
Fiel a su estilo, discreto y alejado de la estridencia con la que compiten por las preferencias de la encuesta que decidirá los destinos del partido y del propio país las otras corcholatas, Monreal también hace transmisiones en Facebook donde, por cierto, tiene más seguidores que el resto, superando los tres millones.
FS