La pérdida del olfato y el gusto de la esposa de Jorge N alertaron a los médicos para realizar la prueba de coronavirus Covid-19 a ambos en un hospital particular, en donde les entregaron los resultados 48 horas después y por la cual pagaron 8 mil 500 pesos por cada test. Ambos dieron positivo y desde entonces comenzaron las llamadas de reclamo e incluso le han dado el pésame.
Jorge N, como pidió que se le llamara por temor a discriminación, es uno de los 36 pacientes sin antecedentes de viajes al extranjero o tener contacto con otro caso positivo de coronavirus.
Dijo a MILENIO que aún desconoce dónde pudo adquirir el virus, "ni idea, el tema es desde que vas a la tienda y te dan el cambio, desde que abriste una puerta y la chapa estaba contaminada o te subiste al taxi y alguien más estaba enfermo sin saber; por eso esto se ha vuelto una pandemia".
Además, afirmó que estuvo 15 días en cuarentena antes de que las autoridades del gobierno federal decretaran Fase 2 de la emergencia sanitaria.
"La semana pasada empecé con los síntomas. Es chistoso porque hemos sido de los pocos que tratamos de ser prudentes y guardamos cuarentena desde la semana pasada sin saber que estábamos enfermos. No tuvimos síntomas como fiebre o tos; lo que prendió los focos rojos de nuestros médicos particulares es que mi esposa, el viernes, perdió el olfato y el gusto parcialmente, y el sábado totalmente.
"El médico dijo que en México no se comenta, pero este síntoma en particular se puede deber a muchas cosas, pero en estos tiempos era un indicativo de 90 por ciento a Covid-19; está demostrado en China y me dijo: vete a testear", detalló.
Sin embargo, el gobierno federal no ha aplicado ninguna prueba a la pareja, "desde el sábado pasado (21 de marzo) hemos tratado de comunicarnos por teléfono, diario estoy haciendo el cuestionario y no me dicen nada, sólo que tengo riesgo".
Indicó que al llamar al 01800 no contestan, "no te dan información, de plano acudimos a un privado. Sabíamos que el ABC tenía la prueba, pero estaba agotada. Conseguimos el domingo en El Ángeles, pero a inicio de semana se les acabó. La prueba es sencilla, te hacen un exudado faringio. En teoría iban a tener el resultado al día siguiente, pero nos dijeron que estaba saturado el laboratorio y nos dieron el resultado hasta 48 horas después".
El hombre de 36 años contó que tras conocer los resultados del test de inmediato se comunicó con su familia y amigos que tuvieron contacto con él 15 días antes. Desde entonces ha recibido llamas de su familia y amigos que le han manifestado su solidaridad con la enfermedad, así como apoyo para sus dos hijos menores de edad. No obstante, su esposa, además de llamadas de aliento, recibió reclamos.
"Somos de ciudades más chicas y pueblo chico, infierno grande. Se ha corrido como chisme y hemos tenido hasta llamadas de reclamos o de pésame. A mí hablaron puros hombres para manifestarme su apoyo, pero a mi esposa algunas amigas y conocidas le han hecho muchos reclamos diciéndole 'oye por tu culpa me puedo morir yo y mis hijos'. ¿Y cuál culpa? Si no fue a propósito, es una enfermedad que no sabíamos, a lo mejor hasta tú me la pegaste.
"Han sido desde reclamos tontos que provienen de desinformación hasta llamada de pésame, como si estuvieras en una cama en una fase terminal; le llaman llorando, preguntándole qué va a pasar con sus hijos; hay mucha desinformación".
Mencionó que cuando le dieron los resultados se preocupó por su mamá porque padece cáncer, "estamos tranquilos, somos gente muy ecúanime".
Actualmente, Jorge N trabaja desde casa y habilitó una habitación como oficina, pues considera que esta cuarentena es un buen ejercicio de convivencia familiar, aunque admite que no ha sido fácil.
"Lo veo con filosofía, de convivencia familiar, tolerancia, respeto, los primeros días como que nos empezamos a desesperar a ser un poco más impacientes a regañar más a los niños. No estoy acostumbrado a estar en casa, estoy siempre en la oficina. Hasta platiqué con mi esposa y acordamos ser pacientes y respetuosos, porque son tiempos difíciles", agregó.
Por ahora, hace su despensa por a través de internet, "nunca entramos en compras de pánico y sí se nos han escaseado cosas. Cuando quisimos comprar sanitizante o cubrebocas ya no había. No hay huevo desde la semana pasada y en mi casa desayunamos eso todos, encontramos claras en cajita, eso es lo que desayunamos, pero no es lo mismo".
Considera que el gobierno federal debe dar información con transparencia y apoyar a las persona a poderse aplicar el test, porque asegura que aunque él haya ido a un hospital particular, sí representó un gasto significativo en su bolsillo.
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