La pandemia de coronavirus covid-19 ha ocasionado consecuencias como la reducción en ingresos y seguridad alimentaria, lo que dificultará a los hogares más pobres seguir con las medidas de prevención, lo que genera un círculo vicioso que impedirá afrontar favorablemente la emergencia sanitaria, advirtió Juan Rivera, director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Al presentar los resultados de la Encuesta de Seguimiento de los Efectos de covid-19 en el Bienestar de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA), indicó que 41.8 por ciento de los hogares con población infantil reportan una caída de 30 por ciento o más en su ingreso familiar.
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Además, las presiones económicas de los hogares con población infantil y adolescente se reflejan en una disminución en sus niveles de seguridad alimentaria, que pasó de 27.8 por ciento en mayo a 21.1 por ciento en julio.
En este contexto, uno de cada tres hogares con menores experimentó inseguridad alimentaria moderada o severa, es decir, se quedaron sin alimentos o pasaron hambre por falta de dinero o recursos.
Rivera expuso que las principales consecuencias de estos indicadores se verán a corto y mediano plazo, ya que puede llevar a un aumento de los índices de desnutrición entre la población infantil, pero en contraste, también podría generarse un incremento en la obesidad y enfermedades crónicas de este sector de la población debido a que accederán a alimentos relativamente más baratos, rápidos, pero deficientes en nutrientes.
También afectarán educación
Si bien 89.1 por ciento de los entrevistados reportó que las niñas, niños y adolescentes tomaron clases a distancia durante la cuarentena para finalizar el ciclo escolar 2019-2020, solo 39.5 por ciento reportó tener conexión fija a internet, 34.0 por ciento al menos una computadora y 49.1 por ciento tener dos o más celulares.
Respecto al medio utilizado para seguir las clases a distancia, 52.2 por ciento reportó usar internet, 37.8 por ciento el celular, 32.2 por ciento la televisión, 1.7 por ciento materiales provistos por sus maestros y menos del 1 por ciento la radio.
La encuesta también reportó indicadores de salud mental. En julio, 27.3 por ciento de las personas de 18 años o más reportaron síntomas severos de ansiedad en los hogares sin NNA, mientras que en los hogares con sólo un NNA este porcentaje fue de 30.4 por ciento y de 35.4 por ciento cuando había dos o más NNA.
La encuesta se levantó en dos etapas: del 5 al 17 de junio y del 8 al 17 de julio. La muestra de estos levantamientos fue de mil 680 personas mayores de 18 años en mayo; mil 674 en junio; y mil,584 en julio. Las encuestas se realizaron mediante un muestreo aleatorio de números celulares a partir del plan de marcación nacional más reciente disponible al iniciar el levantamiento.
Y se realiza de forma mensual por parte de la Universidad Iberoamericana, a través del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) y Unicef México.
FLC