¿De qué murió Díaz Ordaz, presidente durante masacre del 2 de octubre en Tlatelolco?

Gustavo Díaz Ordaz era presidente de México cuando ocurrió el ataque a los jóvenes que se manifestaban en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.

Gustavo Díaz Ordaz (Especial)
Ciudad de México /

Gustavo Díaz Ordaz era presidente de México cuando ocurrió el ataque a los jóvenes que se manifestaban en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968. 

Su administración como Presidente quedó marcada por la respuesta excesiva al movimiento estudiantil popular que surgió a raíz de un pleito entre dos grupos de estudiantes de la Escuela Vocacional 2 del Instituto Politécnico Nacional contra los de una preparatoria particular que se extendió a la Plaza de la Ciudadela ocurrida a principios de julio. 

Pero, ¿quién era Gustavo Díaz Ordáz y de qué murió? en MILENIO te contamos un poco sobre el ex presidente de México y 

Gustavo Díaz Ordaz, presidente de México de 1964 a 1970, murió el 15 de julio de 1979 de un paro cardiaco debido al cáncer de colon que padecía.

Su muerte reunió a empresarios y líderes políticos que montaron guardias de honor. El ex mandatario fue velado en la agencia Gayosso de Félix Cuevas y luego trasladado a la capilla ardiente de la Cámara de Senadores para rendirle homenaje.

¿Quién fue Gustavo Díaz Ordaz?

Gustavo Díaz Ordaz era licenciado en Derecho egresado de la Universidad de Puebla e inició su carrera política como meritorio en el Departamento de Gobernación en Puebla y como actuario, entre otros. Fue diputado federal, senador, oficial mayor, director general de Asuntos Jurídicos y secretario de Gobernación en la administración de Adolfo López Mateos. 

El 17 de noviembre de 1963 fue elegido candidato del Partido de la Revolución Mexicana (posteriormente PRI) a la Presidencia durante la III Convención Nacional Ordinaria del Partido.

Les guste o no, salvé a México en el 68: Gustavo Díaz Ordaz

Era abril de 1977. Habían pasado casi diez años de la masacre en Tlatelolco y Gustavo Díaz Ordaz acababa de ser nombrado embajador de México en España. 

En la conferencia de prensa que oficializaba el inicio de sus labores diplomáticas, un reportero se refirió a los hechos del 2 de octubre como “un hecho que ensombreció la historia” de México. Notablemente fastidiado, Díaz Ordaz respondió: 

“Disiento totalmente […] de que hay un hecho que ensombreció la historia de México. Hay un hecho que ensombreció la historia de unos cuantos hogares mexicanos. Yo le puedo decir que estoy muy contento de haber podido servir a mi país en tantos cargos como lo he hecho. Estoy muy orgulloso de haber podido ser Presidente de la República y haber podido así servir a México. Pero de lo que estoy más orgulloso de esos seis años es de 1968, porque me permitió servir y salvar al país. Les guste o no les guste, con algo más que horas de trabajo burocrático, poniéndolo todo: vida, integridad física, horas, peligros, la vida de mi familia, mi honor y el paso de nombre a la historia. Todo se puso en la balanza. Afortunadamente salimos adelante”. 

En el mismo evento, culpó a los estudiantes de haber herido a sus propios compañeros, por su inexperiencia con las armas. 

“De los caídos, dolorosamente caídos esa tarde, la mayor parte tenían clara trayectoria de arriba hacia abajo, porque los disparos fueron hechos desde la azotea del edificio Chihuahua, perversamente contra los soldados y contra sus propios compañeros, o por el nerviosismo del momento y su falta de práctica en el manejo de las armas que ellos habían conseguido o que a ellos les habían dado no pudieron controlar los disparos y no solamente hirieron y lesionaron a soldados, sino también a sus propios compañeros”. 


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