“De tres en tres...”; los viernes "se volvieron" sábados en San Pedro

Crónica

La mañana del primer viernes por la emergencia por el coronavirus pareció la tarde un sábado cualquiera.

El olor de los escapes no se siente ante las calles desoladas. Raúl Palacios
San Pedro Garza García /

El semáforo se pone en rojo.

En la gasolinera de la esquina no hay un solo cliente. Los despachadores aprovechan el tiempo, unos para limpiar el piso y otros para hacerle arreglos a un viejo automóvil que se quedó parado enfrente.

Las calles también están vacías... Se sabe que entre semana es muy difícil llegar a San Pedro alrededor de las 09:00 y salir cerca de las 18:00 y que hay días peores en que los conductores se preguntan: “¿Por qué habrá tanto tráfico? ¡Ah, es viernes!”. Desde ese momento saben que en la tarde deberán de cargarse de paciencia o refugiarse en una tienda de ropa o en algún restaurante a tomar algo con los amigos y los compañeros de trabajo.

Esta vez, no. La mañana del primer viernes de la emergencia por el coronavirus Covid-19 parece la tarde de un sábado cualquiera. 

En el túnel se circula rápido. El olor de los escapes no se siente y no hay nada que se parezca a la lenta fila que cada día llega lejos, hacia el norte, por Venustiano Carranza, y más lejos, por Constitución, hacia el oriente. Hay un par de vehículos cuyos conductores van notoriamente tarde y aprovechan para acelerar. No hallan obstáculo.

Hoy, la avenida Lázaro Cárdenas parece autopista alemana y a la Calzada San Pedro ni se le echan de menos los carriles que siempre le faltan por su estado de eterna construcción.  

Los peatones tampoco están en las pocas calles que los albergan. No corren los deportistas en Calzada del Valle, ni caminan los empleados por Vasconcelos. Las paradas del camión tienen espacio de sobra para sentarse y los policías que cuidan los pasos de cebra, francamente, no tienen qué hacer ante la situación.

El semáforo se pone en verde.

En lugar de seguir, decido entrar a la gasolinera. El despachador se esmera: limpia el parabrisas y calibra las llantas. Parece urgido de revisarlo todo. Trata de llevarse una buena propina.

¿La razón?: “En adelante solo vamos a venir de tres en tres y esto va seguir de mal en peor”, asegura. 

  • Luis Petersen Farah

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