Fue el llamado Doctor Pech el primero en velar armas. José Luis Pech, el ex senador morenista que ahora contiende por Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Quintana Roo, luego de que El Diamante Negro, el empresario y actor Roberto Palazuelos, se bajó apresuradamente de la contienda.
Pech fue el tercero en presentar su semblanza curricular en el debate entre candidatos a gobernador o gobernadora. Primero, se presentaron la priista Leslie Hendricks y la perredista Laura Fernández, con discursos fuertes, pero moderados y discretos.
Pero tan pronto pudo, Pech soltó el primer golpe: “hoy vengo a enfrentar a una nueva generación de rufianes que, aunque vienen disfrazados de Morena, en realidad son verdes”.
Acusar a Mara Lezama, candidata de Morena, PT y Verde, alcaldesa de Cancún con licencia, de tener a figuras indeseables del Partido Verde incrustadas en la administración de ese municipio, es parte de la campaña de Pech.
“Lo que he dicho a lo largo de mi campaña, hoy se lo voy a decir de frente y con respeto: vengo a demostrar que los del Verde no son el cambio verdadero, ni representan los valores del Presidente, porque ellos sí mienten, sí roban y sí traicionan”, dijo como parte de ese discurso ambivalente de atacar a la candidata del partido del presidente, pero usando la figura del presidente para ganar simpatías.
El debate de este sábado, celebrado en las instalaciones del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, en Chetumal, capital del estado, fue de ideas, sí, pero los ataques, principalmente contra Lezama, y su defensa templada de ella, fue lo que marcó la noche.
“La primera medida para combatir la corrupción en el estado es evitar que Mara llegue al poder”, soltó Laura Fernández, de la coalición PRD-PAN, al hablar del primer tema de la noche: el combate a la corrupción.
Hablar de combatir corrupción sirvió para dirigir las baterías contra Lezama, la ex locutora, dos veces alcaldesa de Cancún. Contra ella, abiertamente, hablaron Laura Fernández, de la coalición PRD-PAN, alcaldesa con licencia de Puerto Morelos, y el Doctor Pech.
Le recriminaron supuestas licencias de taxis para su familia, así como supuestos permisos de construcción a cambio de moches, también de tener una ostentosa ‘casa blanca’ y de entregar Cancún a la delincuencia organizada.
La alcaldesa de Cancún usaba unos cuantos segundos para defenderse y luego, impulsar propuestas.
“Que alguien le explique a la ex secretaria de Roberto Borge que la pelea no es conmigo, es allá, para ver quién queda en tercer lugar”, arremetió para recordarle a Fernández su pasado cercano al del exgobernador encarcelado por corrupción.
Pero el objetivo era Mara. Con ironía, con rencor, con la firme decisión de desacreditarla, los ataques provinieron de Laura Fernández, quien fue la primera en sacar el asunto de los taxis para su familia y en recordar esa noche del 19 de noviembre en que policías municipales de Cancún atacaron a balazos a manifestantes feministas.
Unas tres veces se burló de ella: ¡Ay Marita…”, le decía.
“Ay, Marita… Ya te pusiste nerviosa y no supiste explicar cómo conseguiste esas placas de taxi, Mara tiene mucho qué explicar”, insistió y mencionó que en su declaración patrimonial reportó ingresos anuales de su familia por un millón de pesos.
“¿Cómo es posible que tenga una residencia con la suma de 128 millones de pesos? ¿De dónde salió el dinero? Esa es la pregunta. ¿Cuál es la obra más grande que Mara hizo? Su propia casa”, dijo irónica.
Pech no se quedó atrás: “no se pueden explicar las placas cuando hay corrupción en el actuar”, soltó. “Despechado”, le recriminó Mara, para recordarle su salida de Morena.
Hasta Nivardo Mena, el candidato de Movimiento Auténtico Social (MAS) emprendió contra ella: “en todas las colonias nos dicen ‘Leslie, no’, ‘Pech, no’, ‘Mara, no’, ‘Laura, no’ ‘Nivardo, sí’”.
Y Mara decidió evocar a su referente, “ya saben quién”, para montarse en su discurso y salir de los aprietos.
“Como dice nuestro Presidente, la doctrina de la mafia de la corrupción es la hipocresía y no se va a cansar jamás”, soltó como un escudo protector para poder hablar de sus propuestas.
El golpe más fuerte, quizá, que Mara soltó fue cuando recordó que Laura Fernández tiene cuatro denuncias en su contra en la Fiscalía del Estado y tres en la Fiscalía General de la República, así como dos ante la Auditoría Superior del Estado y “órdenes de aprehensión en contra de quienes les ayudaron a su corrupción”, por presuntas irregularidades en la administración de Puerto Morelos, de 2016 a 2021, cuando la perredista fue alcaldesa.
Durante hora y media, los cinco candidatos hablaron de combate a la corrupción, de sociedad y gobierno, de economía. De juntar el norte con el sur, de impulsar la educación, de voltear a ver a los productores agrícolas, de usar la tecnología en el gobierno, de recuperar las escuelas de tiempo completo, etc.
En su mensaje final, Leslie Hendricks, del PRI, aseguró que ella es la verdadera oposición y recordó que los otros cuatro provienen de Morena o de partidos afines al movimiento de López Obrador; Laura Fernández dijo que la elección está “más cerrada que nunca” y pidió el voto a quienes están “hartos de la casa blanca de Mara”; Pech pidió no permitir el triunfo de los “trabucos vestidos de guinda”, Nivardo Mena se encomendó a Dios y Mara Lezama prometió hacer equipo con “ya saben quién”.
FMU