La pretensión de Estados Unidos para designar a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas es un recurso retórico que atiende a una coyuntura política electoral y que se configura frente a la fallida política de seguridad implementada por México, coincidieron especialistas.
En entrevista con Milenio, Alexis Herrera, académico visitante en el CIDE, aseguró que a pesar de que el anuncio hecho por el presidente Donald Trump parece ser un propósito serio de la política exterior estadunidense, México puede meterse en problemas.
“Hay que verlo con mucho escepticismo pero eso no quiere decir que México no pueda meterse en problemas, al final es un llamado a la intervención en los asuntos internos de un país que tiene una política soberana y también es un llamado a tomar definiciones claras en la materia”, dijo.
Herrera estimó que el fallido operativo para la captura del hijo de Joaquín Guzmán Loera en Culiacán y la masacre a la familia LeBarón en Sonora fue lo que abrió las puertas para que el Trump capitalice la vulnerabilidad de México y pueda realizar este tipo de pronunciamientos.
No obstante, consideró que el objetivo de todo esto es que el presidente Trump juegue con la ambigüedad ya que una declaración de este tipo distraería recursos de regiones del país y actores que si son terroristas.
Por separado, Javier Urbano, investigador de la Ibero alertó sobre la gravedad de la pretensión, ya que pretende plantear una imagen basada en la impotencia del Estado Mexicano para poder hacer frente de forma eficiente a la problemática que se enfrenta.
“Están desacreditando la política de lucha contra el narcotráfico en nuestro país, no es que lo declare explícitamente el presidente, va implícito; lo que deja al Gobierno de México en una posición sumamente cuestionada y criticada”, dijo
Frente a ello consideró que el presidente Trump mantendrá esta narrativa para aprovechar cualquier oportunidad para cuestionar la autoridad de México como fue lo que sucedió en el tema migratorio en donde sacó rentabilidad en términos políticos electorales para reforzar que nuestro país es un riesgo y amenaza.
Urbano indicó que de concretarse la designación, los vínculos entre ambos países anticipan un escenario muy diferente a lo que sucede en medio oriente, siendo el bloqueo de cuentas, intervención en las estrategias de inteligencia y hasta la persecución de los delitos que violentan las normas mexicanas las principales acciones que veríamos.
Pese a ello, consideró que estas acciones son una intervención a la soberanía de nuestro país que obligaría al Canciller de México a negociar que este anunció no trascienda más allá de una declaratoria o un chantaje.