Bernardo Graue Toussaint, ex diplomático mexicano, dedicó una carta a Emiliano, el niño que fue asesinado en Tabasco el martes. El texto fue difundido en redes sociales.
"Te escribo estas líneas al enterarme de tu lamentable fallecimiento a la edad de 11 años. (...) No sabes cuánto me dolió ver y oír cómo, una vez herido por una bala de esos delincuentes, exclamabas ¡No me quiero morir!", escribió.
Graue Toussaint, quien se desempeñó como consejero de prensa, derechos humanos y asuntos jurídicos de la Embajada de México en España de 2008 a 2013, abordó el tema de inseguridad que se ha registrado en diversas zonas del territorio.
"No sabes la sensación de culpa que me embarga, porque estos criminales se han adueñado de amplias regiones del país por responsabilidad de autoridades ineptas (omisas o cómplices, da igual), que han convertido en un infierno a muchas comunidades de México".
Señaló que el sentimiento derivó en la "convicción de que responsabilidad nuestra" porque, como sociedad, "hemos permitido que el gobierno y los criminales hagan lo que quieran con el destino de 132 millones de mexicanos".
Pidió perdón a la víctima porque, acusó, en el hospital de la localidad donde fue atendido, y después murió, no hubo los insumos necesarios para salvar su vida.
"¡Perdónanos, Emiliano, por no haber construido un país decente en el que los niños de 11 años deberían de estar jugando", refirió Bernardo Graue.
Ésta es la carta completa dedicada al niño asesinado en Tabasco
Asimismo, el ex funcionario hizo referencia a la versión que señalaba que el menor defendió a su madre de un secuestro. Sin embargo, hasta el momento ello está descartado.
La información más actual indica que, el día del ataque, los ocupantes de un automóvil rojo intentaron secuestrar al menor. Al intentar defenderse, el niño recibió tres disparos y quedó gravemente herido en una banqueta en el municipio de Paraíso.
Testigo narra cómo fue el ataque contra el niño
Manuel Almeida, vecino de la víctima, estaba cerrando su negocio cuando vio pasar al pequeño y notó que fue interceptado por un hombre que descendió del automóvil, mientras otro aguardaba en el volante, listos para escapar.
"El niño estaba en su casa aquí (señalando junto a su taller), cuando vi que salió él, pasó. El carro ya estaba parado ahí, el niño llegó y vi que abrieron la puerta de este lado, entonces ahí alguien lo quiso meter a la fuerza", detalló.
Almeida pareció ser el único testigo de los hechos, detallando para MILENIO que el niño logró forcejear con su agresor, quien, al no poder llevárselo, le disparó tres veces a quemarropa.
ROA