Si Donald Trump gana las elecciones del 5 de noviembre, la derecha estadunidense sueña con un escenario de película para México, lo más cercano a una intervención militar: despliegue a la frontera sur de miles de tropas, un bloqueo marítimo regional para frenar el tráfico de fentanilo y envío subrepticio de fuerzas especiales élite Delta 6 contra líderes de los cárteles mexicanos y sus laboratorios.
La catarata de planes de los conservadores no fue resultado de una imaginación febril, sino que tuvo como génesis una conversación privada de Donald Trump con sus asesores del Pentágono cuando ya era presidente de los Estados Unidos a principios de 2020, según relata en sus memorias su ex secretario de Defensa, Mark Esper.
“Podríamos simplemente disparar algunos misiles Patriot y eliminar los laboratorios, en silencio”, sugirió Trump, según el libro “A Sacred Oath” (Un Juramento Secreto). “Nadie sabría que fuimos nosotros”, dijo el presidente estadunidense, de acuerdo con el relato de Esper, quien se opuso rotundamente a esa posibilidad.
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El plan de Trump, que no requería el consentimiento del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, no sólo no quedó engavetado en el cajón de las ideas intervencionistas de Estados Unidos, sino que se convirtió en la doctrina virtual del ala más derechista del Partido Republicano.
Un análisis entregado a Trump en 2023 y titulado Es hora de librar la guerra contra los cárteles transnacionales de la droga, describe las justificaciones para declarar "formalmente" "la guerra contra los cárteles", en respuesta a "los crecientes cuerpos de estadunidenses muertos por envenenamiento con fentanilo”.
“El objetivo es aplastar las redes de cárteles con toda la fuerza militar de la manera más rápida posible. Esto significa expandir el papel más allá de las Fuerzas Especiales, los ataques dirigidos y las operaciones de inteligencia para incluir elementos de la Infantería de Marina, el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y la Guardia Costera”, recomendó.
En el Congreso, legisladores republicanos se sintieron inspirados para proponer la designación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
Propuestas similares surgieron de aspirantes republicanos como Ron DeSantis. Aunque algunas voces disonantes, como la del senador republicano Lindsay Graham expresaron entonces su preferencia por trabajar colaborativamente con México, las ideas unilateralistas sobrevivieron y encontraron eco en la recién aprobada Plataforma Republicana 2024.
“Utilizaremos todos los recursos necesarios para detener la invasión (de migrantes), incluido el traslado de miles de tropas actualmente estacionadas en el extranjero a nuestra propia frontera sur. Desplegaremos la Marina de los Estados Unidos para imponer un bloqueo total de fentanilo en las aguas de nuestra región, abordando e inspeccionando los barcos para buscar fentanilo y precursores de fentanilo”, sostiene la Plataforma.
Ryan C. Berg, director del Programa de las Américas del prestigioso Centro de Estudios Internacionales (CSIS), sostiene que la impaciencia de los republicanos con México puede ser “entendible”, pero sostiene que eso no justifica una política “equivocada” de lanzar proyectiles o una guerra comercial. Anticipó un fuerte estira y afloje dentro del gabinete de un eventual segundo mandato de Trump si el plan regresa a la superficie.
“Pero si Trump se adhiere al 100% a la idea, a la convicción de que una acción cinética contra los cárteles mexicanos es lo correcto, ciertamente podría usar su capital político para impulsar eso y garantizar que esa sea la política”, sostiene en entrevista con Milenio.
“Se pueden decir muchas cosas sobre él, pero sin duda es muy consciente de dónde se encuentran sus palancas de apoyo, y por eso es muy bueno en su estilo. Desde el comienzo de una negociación busca una posición maximalista”, apuntó.
En mayo de 2019, Trump por ejemplo anunció su intención de imponer un arancel de 5 por ciento a las importaciones mexicanas, escalable a 25 % hasta tener una migración cero desde México. Recientemente abrió la posibilidad de un arancel universal de 10% a todas las importaciones.
Expertos coinciden que, de materializarse la amenaza en caso que gane en noviembre, México es uno de los mercados emergentes más vulnerables. Trump prometió que si gana, será dictador por un día. Su primera acción: cerrar la frontera con México, además de implementar el mayor programa de deportaciones de la historia.
Adam Isaacson, Director del Programa de Supervisión de Defensa de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), está convencido que algunas de las “locas” ideas de Trump y del sector republicano más recalcitrante podrían materializase si Trump recupera la Casa Blanca y las considera como estratégicamente necesarias.
"Creo que México debería preocuparse de que estas ideas, que hasta hace poco eran consideradas bastante marginales, locas, ahora se han convertido en una discusión central en un partido político mayor y están siendo consideradas seriamente por personas cercanas a tener una posición de responsabilidad”, dijo en entrevista con MILENIO. “Así que sí, México debería preocuparse por esto si Trump gana… También deberían preocuparse por la posibilidad de que 2 o 3 millones de ciudadanos mexicanos sean deportados”.
aag