Rodeado de políticos allegados y amigos, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, presentó su libro El Camino de México, en el Palacio de Minería en donde detalla, según contó, “quién soy, de dónde vengo.”
Rumbo a la contienda interna en Morena, Ebrard aseguró que lo que está sobre la mesa es “lo que somos y lo que hemos hecho, lo demás no importa.”
Su discurso estuvo interrumpido por entusiastas gritos de apoyo de sus simpatizantes, entre los que había amigos, colegas de gobierno e incluso funcionarios: “Presidente, presidente” y “Marcelo, Marcelo.”
Al presentar la obra que calificó como un “ejercicio de transparencia” que “está dedicado y está hecho con profundo amor a México”, Ebrard realiza un recorrido por su vida, desde que era un niño hasta sus andanzas por la política, en el gobierno federal, gobierno del entonces Distrito Federal, la Cámara de Diputados y la cancillería.
“El dolor es lo que te forma en la política (…) el poder es responsabilidad, no privilegio”, recordó mientras hablaba de cómo gestionó el apoyo a los vecinos de Tlatelolco tras el terremoto de 1985.
En lo político, Ebrard aseguró que el destino de México se determinará en las próximas elecciones, y que desde su punto de vista, es necesario que el país pase a lograr una “clase media mayoritaria”, un cambio de tono a las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador, con quien también recordó sus andanzas de 23 años, a los pensamientos aspiracionistas.
La Noche de Tlatelolco y la influencia política de Ebrard
La escritora Elena Poniatowska fue la primera de las invitadas especiales en tomar la palabra. Momentos después, Ebrard daría una explicación a ello: el libro La Noche de Tlatelolco, de Elenita, como la presentaron, fue la obra que llevó a un joven Marcelo Ebrard a tomar el camino de la política. Un camino, cuenta el canciller, “alejado de la violencia y con respeto a la dignidad.”
Poniatowska recordó a Marcelo Ebrard de niño, y cómo creció con “un padre severo”, pero una madre que “era un remanso.”, una formación que le permitió forjar un carácter que lo llevó a que cuando consiguiera la jefatura de gobierno del Distrito Federal logró la despenalización del aborto, un evento que en abril próximo cumplirá 23 años, así como que se legalizara el matrimonio igualitario.
"Marcelo siempre tiene un plan B y hasta un plan C": Bonifaz
“Se reconoce tal cual es”, contó la doctora Leticia Bonifaz, quien además ha tenido importantes andanzas junto al canciller, como las negociaciones con el subcomandante Marcos y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
“Marcelo siempre tiene un plan B y hasta un plan C para cualquier cosa”, aseguró Bonifaz, quien recuerda a Ebrard como un workaholic, alguien que no parece cansarse nunca. “Si tienen temor de que los detenga el alcoholímetro es por Marcelo”, apuntó para recordar algunos de los logros del ex jefe de Gobierno de la capital, hoy canciller y en la baraja de Morena por la candidatura presidencial.
El periodista Ricardo Raphael resaltó que el libro del canciller retrata a un político con convicciones férreas: “nunca le ha preocupado que las mayorías acompañen sus decisiones”, porque, asegura, las mayorías eventualmente respaldan las políticas “a favor de las causas justas.”
Dibujó a un Ebrard que se formó en la resistencia. 40 años de hacer política reflejados en un libro donde “no hay promesas, hay hechos que ya realizó.”
Ebrard, quien reconoció ser moderado si eso significa no insultar o atacar a adversarios políticos, recordó que también fue perseguido. Una persecución durante la administración de Enrique Peña Nieto, recuerda, por uso de recursos de procedencia ilícita para el arrendamiento de una propiedad. El apellido de su familia recuerda, fue manchado por órdenes que venían desde Los Pinos. Pero hoy, desde el Palacio de Minería, y con miras a la candidatura presidencial, asegura con confianza: “si fuéramos gente chueca, hoy no estaríamos aquí.”
JLMR