Echan ‘narcos’ a zapatistas de 59 caracoles y regiones autónomas

Chiapas. A punto de cumplir 30 años, el EZLN desmantela su base civil ante la violencia entre cárteles

Miembros de la organización. Especial
Jhonatan González
Tuxtla Gutiérrez /

El incremento de la violencia por parte del crimen organizado y la apropiación de comunidades completas de Chiapas provocaron que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) haya tomado la decisión de ceder la plaza a los cárteles que operan en el estado sureño del país desde 1980, aseguró Gerardo Alberto González Figueroa, académico del Colegio de la Frontera Sur.

Esto luego de que 59 centros zapatistas desaparecieron en Chiapas por la violencia generada entre grupos de la delincuencia organizada —como “bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado y balaceras”— que se disputan el “negocio” de la migración.


Lo anterior fue anunciado a través del comunicado “Cuarta Parte y Primera Alerta de Aproximación. Varias Muertes Necesarias”, donde el subcomandante Insurgente Moisés del EZLN detalló que de los 59 centros que desaparecieron, 16 son Juntas de Buen Gobierno (caracoles), y el resto Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (Marez).

Se aclaró que los caracoles permanecerán cerrados hasta nuevo aviso, por lo que todos los sellos, membretes, cargos y representaciones, así como acuerdos con el nombre de cualquier Marez o de las Juntas de Buen Gobierno quedan invalidados, esto luego de un análisis que iniciaron hace tres años y que concluyó con dicha decisión, aunque anunciaron que celebrarán los 30 años de la aparición del EZLN.

“Les avisamos que haremos una celebración con motivo de los 30 años del inicio de la guerra contra el olvido. Esto en los meses de diciembre de 2023 y enero de 2024. Están invitadas todas las personas que firmaron la declaración por la vida”, señalan.

En el comunicado también se pronuncian contra la administración del estado y los gobiernos municipales, pues aseguran que son puestos ocupados por lo que ellos llaman “sicarios legales” o “crimen desorganizado”.

Asimismo, afirmaron que hay un “caos” en municipios como San Cristóbal de las Casas, Comitán, Las Margaritas y Palenque, que están en manos de uno de los cárteles del “crimen desorganizado y en disputa de otro, esto es constatado por la llamada que ha lanzado la industria hotelera, turística, restaurantera y de servicios.

“Quienes trabajan en estos lugares lo saben y no lo han denunciado, porque están amenazados y, además, saben que es inútil cualquier petición, porque las autoridades estatales y municipales son las que delinquen y no tienen llenadera en la robadera que están haciendo”.

González Figueroa detalló que ningún tipo de organización es inmune a los efectos de la disputa de poder entre la delincuencia organizada en la entidad sureña, de ahí que muchos grupos sociales han cedido a participar con el narco y otros se han disuadido.

“Cuando el EZLN toma el territorio desde el 94 y hasta 2004 más o menos, hay control de los coyotes y la venta de alcohol, después viene un cambio en la organización, donde dicen que la vía es política.
“Entonces su cancha es más desde la acción sociopolítica, la construcción de una nueva ciudadanía, y dejan ese control político-militar, por lo que el narco aprovecha y toma el control”, relató González Figueroa.

La reciente aparición de supuestos integrantes del movimiento zapatista armados en el municipio de Solosuchiapa y la invasión de las pistas de aterrizaje en la región de la selva Lacandona por parte de grupos del crimen organizado agudizó la crisis que vive este grupo social, por lo que decidieron cerrar su núcleo para evitar confrontaciones y guerras ajenas.

“Un narco o cárteles que tienen no solo poder económico, sino de movilización armada, controlan las armas y, con todo eso, comenzaron a infiltrarse o a filtrarse a diversos territorios, no solo al EZLN, todas las organizaciones vienen sufriendo este crecimiento del narcotráfico como tal”, explicó.

Sin embargo, la violencia por la disputa del territorio se ha agravado en las comunidades rurales, particularmente las que se localizan en la franja fronteriza con Guatemala, como la selva Lacandona, donde el pasado mes de septiembre líderes lacandones tuvieron que ser evacuados ante las constantes amenazas que recibieron por parte del crimen organizado.

Cabe destacar que, de acuerdo con especialistas, el punto de trasiego localizado entre la selva Lacandona, en Chiapas, y el Petén, en Guatemala, se ha convertido en la nueva joya del tráfico de cocaína, por lo que los cárteles se han apoderado de las pistas de aterrizaje que anteriormente eran usadas para el traslado de emergencias de la población.


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