“Apatía y agresiones, frenos del Censo 2020”: Édgar Vielma

Entrevista con Édgar Vielma, director de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi

La situación retrasará un mes la entrega de los resultados finales del censo, previstos para el 2 de diciembre.

Édgar Vielma, director de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi. (Especial)
Rafael López
Ciudad de México /

La inseguridad en distintas zonas del país obligó a que parte del Censo de Población se levantara en 600 mil encuestas en hojas que hasta el momento no han podido ser capturadas ni procesadas por cumplir con las medidas sanitarias que demanda la epidemia de covid-19, explicó el director de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi, Édgar Vielma.

En entrevista con MILENIO, Vielma reconoció que esta situación retrasará un mes la entrega de los resultados finales del censo, previstos para el 2 de diciembre.

“Es paradójico que con una proporción tan mínima de cuestionarios en papel no los podamos capturar, porque se necesitan espacios donde pueda congregarse la gente y al no existir las condiciones no podemos avanzar”, explicó.

Además, la apatía de algunos, en especial la de altos niveles de educación, que no atendieron 700 mil cartas invitación de contestar por internet y la difusión de noticias falsas o comentarios que generaron confusión entre la población afectaron más el desarrollo del censo que la misma epidemia.

¿Cómo afectó la violencia el Censo 2020?

Tuvimos problemas de inseguridad en el que agredieron a nuestras entrevistadoras; lo más común es pensar en el narcotráfico o crimen organizado, pero no; fueron agresiones comunes de población que ofendió, maltrató, insultó y asaltó a compañeras.

“De pronto uno estaba más preocupado por la seguridad que por la pandemia, porque cómo me libro de entrar a un municipio violento con un dispositivo móvil y por eso es que se tuvieron que levantar encuestas en papel cuando perfectamente se pudo evitar y así tener todos los datos más rápidos”.

¿Y la pandemia por covid-19?

Para el Inegi la operación fue cotidiana, aunque sí se aplicaron algunos ajustes estratégicos como guardar la sana distancia, usar gel antibacterial y demás protocolos de salud que permitieron concluir la cuarta semana del censo. Lo más complejo de la epidemia fue atender a gente no especializada con una cantidad fuerte de seguidores en redes sociales que pedían la cancelación del censo en la última semana. Era un tema que teníamos que atender con prontitud.

¿La apatía como obstáculo?

El hecho de que entre 3 y 5 por ciento de las viviendas habitadas decidiera no participar, sin duda nos habla de un escenario que es lacerante para el país. Además, de 800 mil cartas enviadas por internet, 700 mil hogares las tiraron. Ese es un dato muy concreto, a esa gente no le importó.”

¿Alarma ese porcentaje?

No podemos hablar aquí de un drama, porque el censo se levantó casi en su totalidad y lo que no se logró obedece más a una apatía de grupos específicos poblacionales que a la pandemia en sí misma. Esa apatía la tenían desde la primera semana de marzo; afortunadamente se cuenta con toda la información, pero algunos productos que pensábamos sacar de inmediato quedan pospuestos al menos tres meses derivado de esta situación sanitaria.

¿Se recurrirá a proyecciones?

Nosotros tenemos que desarrollar métodos matemáticos muy específicos que nos permiten alcanzar precisiones estadísticas, pero no debería ser así, tiene que darse de manera natural por una adecuada participación de la población.

¿Cómo va el proceso de datos?

El procesamiento de datos ha sido principalmente a la distancia, porque las oficinas estuvieron cerradas, de hecho a la fecha solo estamos operando con 15 por ciento del personal y sin duda eso puede acarrear algunas dificultades. Este fue el primer censo que fue casi en su totalidad digital, porque de los 35 millones de cuestionarios que se hicieron solo 600 mil fueron en papel.

¿Cómo califica el Censo 2020?

A pesar de los contratiempos, México será uno de los pocos países que sí contarán con un censo nacional de población, ya que en muchos naciones tuvieron que posponer por lo menos un año el levantamiento, como fue el caso de Costa Rica que se quedaron a la mitad o Brasil que lo suspendió y reservó el dinero para el próximo año.

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