No existe, ni es necesario, un catálogo de conductas de lo que puede o debe constituir acoso. Sería absurdo ya que lo fundamental en este tema es considerar que todas las mujeres son distintas. Desde sus historias, experiencias y vivencias, hasta su entorno y su comunidad, así como su edad, clase, género y etnia, por mencionar algunas. Lo que para mí puede constituir acoso, para alguien más puede no serlo. ¿Entonces cómo distinguirlo? Pareciera difícil, pero el eje rector para esta distinción es el consentimiento. Las mujeres deben aprobar las conductas del hombre que se les acerca, ya sean físicas o verbales. Quizás el problema, que no es menor, es cuando las mujeres aunque quisieran no consentir se ven obligadas a hacerlo, ya sea por temor físico o psicológico, o por miedo a perder su trabajo, a no ascender, o incluso a perder a sus hijos.
El acoso sexual en México
Se ha logrado mucho en los últimos meses al tener en el debate el tema de la violencia contra las mujeres, incluyendo el acoso sexual.
Ciudad de México /
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