El Aprende en Casa no será posible para los niños que tienen que trabajar

En el mejor de los casos, se quedarán en casa viendo las clases por televisión o seguirán sesiones por internet, si es que tienen. En otros, muchos niños tendrán que trabajar al no tener medios para continuar sus estudios.

El trabajo infantil podría aumentar derivado de la pandemia de coronavirus. (Nadia Sanders)
Nadia Sanders
Ciudad de México /

El regreso a clases no va a ser como quisiéramos. La niñez mexicana no podrá ir a la escuela, dejará de correr en el recreo los próximos meses y de ver a sus amistades en el salón de clases. En el mejor de los casos, se quedarán en casa viendo las clases por televisión o seguirán sesiones por internet, si es que tienen. Porque en otros, muchos niños tendrán que trabajar al no tener medios para continuar sus estudios en medio de la pobreza.

La pandemia del virus SARS-CoV 2 provocará un aumento en la tasa de trabajo infantil, advirtió recientemente la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Y en México se prevé que crezca en un 0.4%, lo que implica un retroceso de dos años en los esfuerzos de reducción, indica el informe La pandemia por covid-19 podría aumentar el trabajo infantil en América Latina y el Caribe.

Muchos padres de familia que se dedican al comercio o al campo emigran de un estado a otro junto con sus familias para poder comer y quedarse en casa no es una opción para ellos.

Durante el verano, hicimos un ejercicio para detectar casos de trabajo infantil en las calles. Recorrimos 12 kilómetros por tres alcaldías en la Ciudad de México en un solo día, en donde posible ver el mismo día a 11 niños trabajando en seis cruceros distintos, algunos de ellos acompañados por adultos.

En un alto de la avenida Tláhuac, en el suroriente de la Ciudad, dos niños de no más de 12 años se encontraban limpiando los parabrisas de los autos, mientras una mujer con una niña y un menor de la mano vendía dulces en el sentido opuesto de la avenida.

Horas más tarde, los cinco se sentaron a comer en el camellón de la avenida, bajo la sombra del Metro elevado de la Línea 12.

En el centro de la ciudad, en un semáforo de la Avenida Monterrey, en la Colonia Roma, una pareja de rasgos indígenas esperaba la luz roja para vender dulces a los conductores, junto con un niño de unos 5 años y un bebé que cargaba la mujer sobre su espalda, sostenido con un reboso.

Un semáforo adelante, otra pareja indígena ofrecía dulces en los altos con un niño de unos 8 años.

El mismo día, en la alcaldía Benito Juárez, un niño vendía mazapanes en un alto de la Avenida Universidad. A menos de un kilómetro de distancia, una mujer pedía dinero entre los conductores mientras empujaba a una niña en una silla de ruedas.

Desde la cabeza de la Secretaría de Educación Pública, el regreso a clases será un éxito porque habrá contenidos educativos por televisión. Solo que un 6% de los hogares no cuentan con este aparato en casa. La solución para el secretario Esteban Moctezuma es que en comunidades alejadas, habrá transmisión de contenidos por radio. Y los expertos consideran un fracaso el plan “Aprende en casa”.

Hablamos con algunas maestras de primaria a quienes la medida les pareció absurda, por decirlo de forma amable. El aprendizaje no será el mismo y podrá provocar mayor deserción escolar.

“La mayoría de la gente viene de provincia, aquí es una zona donde la gente viene de Oaxaca, Guerrero, Veracruz y muchos, por la misma situación de que se quedaron sin trabajo los papás, varios alumnos regresaron a su lugar de origen y me he encontrado con la sorpresa de que varios no se regresaron a Veracruz o se regresaron a Oaxaca porque al quedarse sin ingresos, no tienen cómo cubrir las rentas”, comentó María Mancera, profesora de nivel primaria en un plantel de la zona rural de la Ciudad de México.

La pandemia por la enfermedad covid 19 ha dejado a millones de personas sin empleo en actividades formales e informales en México, se prevé que la población en pobreza aumente del 41.9%, calculado en 2019, al 49.5% este año, mientras que la pobreza extrema se extenderá del 11.1% al 17.4% de las y los mexicanos, según las proyecciones de la Cepal.

México se encuentra entre los países con mayor aumento de pobreza en la región de América Latina y el Caribe, con un aumento de más de siete puntos porcentuales, después de Argentina y Perú.

En 2017, 3.2 millones de niños de 5 a 17 años realizaron trabajo infantil, cifra equivalente al 11% de la población, según el Módulo de Trabajo Infantil (MIT) del Inegi.

La Cepal advierte que existe una fuerte correlación entre la situación económica y la incidencia de trabajo infantil y que el aumento del desempleo y la pobreza afectarán a las familias más vulnerables.

Maestras de nivel básico de las alcaldías Tláhuac y Gustavo A. Madero comentaron que algunos padres de familia han pensado en no inscribir a sus hijos este ciclo escolar y dejar pasar un año hasta que la pandemia les permita regresar a clases. Entre el trabajo y la necesidad de que a los más pequeños los ayude un adulto a sintonizar la televisión o seguir los ejercicios, prefieren que cursen bien el año escolar.

Tres generaciones en pobreza

Abuela, madres y nietos recorren las calles de las alcaldías Benito Juárez y Coyoacán en la Ciudad de México tocando timbres mientras una de ellas empuja una carriola con una niña de 3 años.

Desde las banquetas, piden ropa a la gente que se asoma por las ventanas para venderla como una forma de subsistencia.

“No tenemos dónde dejar a los niños, no hay quién los cuide”, dice Cecilia, de 49 años, habitante del municipio de Ixtapaluca, en el oriente del Estado de México. En sus recorridos por calles de la ciudad la acompañan sus dos hijas y cuatro de sus nietos, de 3, 6, 7 y 9 años. El mayor sonríe cuando se pone de puntas, estira el brazo y alcanza los timbres de los edificios.

Cecilia dice que trabajaba cuidando una obra, pero al iniciar el confinamiento, se quedó sin empleo y decidió ponerse a recolectar ropa con sus hijas. Y ahora también con sus nietos, para venderla en su comunidad.

“Mis niños van a la escuela. Ahorita no han ido a la escuela por lo mismo que estamos pasando nosotros. Nosotros andamos haciendo quehacer, ganándonos la vida”, dice la abuela de esta familia, de piel quemada por el sol y apenas 1.50 metros de estatura.

Las tres mujeres y cuatro niños viajan en transporte público desde la comunidad de Ayotla, 27 kilómetros al oriente del centro de la Ciudad de México, con dos carriolas para los más pequeños y también para llevar las bolsas de ropa que logran recolectar.

Para las mujeres resulta penosa esta situación, pero en el contexto de la pandemia no encuentra opciones de ingresos.

Madres que trabajan con sus niños

Muchas de las mujeres que trabajan en el sector informal no cuentan con un lugar seguro para dejar al cuidado de sus niños, por lo que los llevan con ellas.

El secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, Ricardo Bucio, planteó como posible solución la propuesta de Sistema de Cuidados que se discute en el Senado de la República y que propone atender a niños, niñas y personas con discapacidad.

“El trabajo infantil está ligado necesariamente a la posibilidad de que el sector de bienestar (…) tengan esta infraestructura y dé programas de apoyo y tenga sistemas de alerta de abandono escolar efectivos la Secretaría de Educación”, dijo.

Advirtió que en cada estado y a nivel federal hay una Comisión Intersecretarial para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y la Protección de Adolescentes Trabajadores en Edad Permitida (CITI), pero no existe una política nacional al respecto.

El secretario ejecutivo de SIPINNA señaló que en los basureros de muchos municipios del país también hay niños trabajando y no están en el marco de ningún programa de vigilancia para protegerlos.

“Sabemos que estos niños y niñas adolescentes, la gran mayoría o dejó la escuela o está en un alto riesgo de abandono escolar, pero se puede prevenir directamente por la autoridad municipal y no hay una política de contención”, dijo.

Niños cargando diablos en mercados como la central de abastos, trabajando de “chalanes” en construcciones, ayudando a los albañiles han sido documentados en trabajos de investigación periodística.

Bucio señaló que existe una responsabilidad compartida entre el Congreso de la Unión, los gobiernos estatales y los municipios, que es donde se puede saber a detalle dónde hay niñas y niños trabajando.

Trabajo infantil en zonas agrícolas

Nayarit tiene la tasa más alta de trabajo infantil con un 19.7%, según el MIT 2017 de Inegi, seguido de Zacatecas, con 18.9; y Campeche, con 18.1%.

“La tasa aumenta en zonas rurales claramente por el trabajo temporal agrícola, porque hay mayor deserción y menor acceso a la educación en estas zonas y por la brecha de incidencia de la pobreza en zonas rurales o urbanas”, señala Bucio.

Al respecto, destacó que México suscribió el compromiso de estar libre de trabajo infantil en las zonas agrícolas para poder hacer las exportaciones de productos agropecuarios en los campos mexicanos con sus socios del Tratado comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

Este compromiso tiene rango constitucional, dijo, pero se carece una política nacional de prevención del trabajo infantil. Advierte que a partir del T-MEC habrá una mayor supervisión a quienes sean exportadores, pero no a los que están solamente en el mercado local.

A las actividades agrícolas se dedican 2.2 millones de personas en todo el país, pero al sumar a sus familias, asciende a 5.2 millones, advierte el secretario ejecutivo de SIPINNA. “Y no hay esta responsabilidad directa de los empleadores”.

La Cepal advierte que cuando la economía se contrae, el trabajo infantil aumenta. Para este 2020, el Banco de México prevé que haya un decremento del 4% en el PIB.

Los niños que trabajan tienen menores la posibilidad de seguir asistiendo a clases, pueden verse obligados a dejar la escuela de forma prematura o a combinar el estudio con un trabajo que les consume mucho tiempo, explica el informe de Cepal.

En tanto, la Secretaría de Educación Pública prevé que 800 mil niñas y niños que terminaron secundaria no continúen sus estudios a nivel medio superior en el próximo ciclo escolar.

Verano en CdMx

Rosalba tiene 31 años, es originaria de una localidad cercana a Huajuapan de León, en la región mixteca de Oaxaca. Cada verano viaja a la Ciudad de México con su esposo, de 29 años, su cuñado de 15 y sus hijitos: el mayor de 8, la menor de 3 y el que está por nacer. Tiene 8 meses de embarazo.

Su esposo toca el clarinete y un tambor mientras recorren colonias cercanas al metro Villa de Cortés pidiendo dinero.

En su lugar de origen se dedican al campo, pero ahorita no hay cosecha, así que cuando su hijito está de vacaciones, vienen a la Ciudad a tocar música en las calles.

Aprendió así nada más, aprendió él solito”, dice con frases cortas. “andando en las calles, juntamos un poquito y se lo compró”.

Rosalba dice que otros conocidos de su lugar de origen se regresaron semanas antes, desanimados por la poca gente que había en la ciudad

Su hijo mayor corre sonriente de puerta en puerta tocando timbres. Con su gorra en la mano espera frente a los edificios para cachar alguna moneda o billete que le avienten desde las ventanas.

​RLO

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