El uso del automóvil beneficia a una minoría, pero acapara el espacio público y daña el ambiente de todas las personas, incluso de los propios automovilistas y de las generaciones futuras. Los actores privados podemos diversificar nuestros modos de transporte, compartir el automóvil, implementar políticas laborales flexibles y, por supuesto, movernos en bicicleta y caminar para dignificar al peatón como centro de la movilidad.
El “Hoy No Circula”, movilidad y derechos humanos
Ante la crisis ambiental, parece preocupar más la limitación a la circulación de vehículos que los irreparables daños a la salud provocados por la contaminación atmosférica.
Ciudad de México /
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