Se ha desatado entre nosotros una ola que ha encontrado una solución prodigiosa y contundente: hacer a un lado a los políticos profesionales y los partidos y lanzar para ocupar los cargos de elección popular a candidatos independientes. Una fórmula —se proclama— eficaz, indolora y categórica. Yo diría más bien simplista, pero con una clara intencionalidad política.
El partido de los independientes
La fama pública de los partidos y los políticos profesionales se encuentra por los suelos. Existe un hartazgo, un malestar, en relación a ellos que sería imposible negar.
Ciudad de México /
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