Del “Quinazo” aquel 10 de enero de 1989 existe información un tanto desordenada, que hay que ir armando de acuerdo a las versiones de quienes vieron la llegada de los aviones Hércules, los autobuses llenos de soldados por el bulevar López Mateos, de quienes dicen haber escuchado el estruendo del bazucazo, el “supuesto” muerto que no se vio, las calles bloqueadas, en fin.
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El hoy periodista José Devesa Roca, que no tendría más de 20 años en aquel entonces platica que la hora entrada a la televisora local era a las 9 de la mañana, pero a las 9:15 los teléfonos no dejaban de sonar pues varias personas reportaban que algo había ocurrido en la casa de Don Joaquín.
Siendo aún asistente de camarógrafo, acompañó a Guillermo Gutiérrez quien era coordinador de noticieros y a Juan Ruiz operador de la cámara, a la calle San Luis de la Unidad Nacional a revisar lo que pasaba.
Recuerda que llegaron cerca de la 10 de la mañana, ya no había nadie, los militares ya se habían ido, solo encontraron los vidrios rotos de los coches, al ingresar a la casa en la sala estaban las cajas de cartón con las armas, imágenes que quedaron grabadas en las cintas de casetes de 3/4 que hasta el día de hoy transmite la televisora cada que se recuerdan el caso.
En aquellos años no existían los teléfonos celulares, pocos tenían cámaras caseras, así que la información de los hechos en tiempo real era nula. Devesa Roca, señaló si el hecho hubiera ocurrido en la actualidad, seguramente algún vecino hubiese grabado la llegada de los soldados al domicilio, el error de hacer explotar el portón de la casa de la hija de Don Joaquín en el 104, todo el mundo nos hubiéramos enterado antes y habría material en las redes sociales de manera inmediata.