La presente administración recibió un instituto con serios problemas financieros; se había agotado 100 por ciento de la reserva financiera, una quiebra técnica que planteaba dos caminos: I) el incumplimiento de las obligaciones previstas en la Ley del Seguro Social, lo que se traducía en recortar servicios médicos y dejar de pagar pensiones, o II) una reforma administrativa que transformara el ejercicio del gasto. El presidente Enrique Peña Nieto optó por el segundo camino.
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De 2007 a 2012 se requirió hacer uso del Fondo Laboral y de las reservas institucionales para cubrir las necesidades de financiamiento, ya que de tener un déficit casi inexistente en 2007 se pasó a un faltante de 22,755 millones de pesos en 2012.
El informe al Ejecutivo y al Congreso de la Unión sobre la Situación Financiera y los Riesgos del IMSS 2011-2012 mostraba que aún con el uso de las Reservas Financieras y el Fondo Laboral, el IMSS dejaría de ser autosustentable financieramente en el primer trimestre de 2015, momento que ha sido superado.
Para revertir esta situación, la actual administración definió dos grandes objetivos estratégicos. El primero de ellos, mejorar la calidad y calidez de los servicios; y el segundo, sanear financieramente al instituto.
Desde 2013, primer año de esta administración, se comenzaron a implementar trascendentales esfuerzos de saneamiento financiero que se han reflejado en una reducción del déficit de operación del instituto. Así, el uso de reservas pasó de 22,755 millones de pesos en 2012 a 8,653 millones de pesos al cierre de 2015, con lo que se ha logrado acortar la brecha entre ingresos y gastos, avanzando en la consolidación financiera del instituto.
Cabe mencionar que el déficit, como proporción del gasto, en 2012 fue de 8.1%, mientras que en 2015 fue de 2.6%. Esto es, a pesar de tener un gasto creciente, el déficit se ha disminuido en 5.5 puntos porcentuales.
Lo anterior se ha logrado por dos vías: I) incremento en los ingresos y II) eficacia en el gasto, mediante la obtención de ahorros en compras sustantivas y control del mismo, lo anterior sin afectar el nivel de atención a la población derechohabiente.
En lo que va de 2016 se han generado 742 mil 369 puestos de trabajo. Según el dato de empleos registrados en el IMSS al mes de septiembre, estamos creciendo a una tasa anual de 4% y en lo que va de la actual administración se contabiliza una creación de 2 millones 331 mil 466 empleos formales; el mejor aumento desde que se tenga registro y 3.2 veces más que lo reportado en la pasada administración, considerando el mismo periodo.
Este aumento favorable en la afiliación al IMSS y una mejor eficiencia recaudatoria han contribuido a incrementar los ingresos obrero-patronales de 191 mil 827 millones de pesos en 2012 a un estimado de cerca de 262 mil millones para el cierre de 2016, un incremento en términos nominales de más de 70 mil millones de pesos en estos cuatro años y que representa un crecimiento real de 20%, por encima de 4% alcanzado en la administración anterior, considerando el mismo periodo.
En lo que concierne al gasto, el reto ha sido absorber el crecimiento de la nómina de personal y del Régimen de Jubilaciones y Pensiones del instituto sin incrementar el uso de reservas.
Han sido varias las iniciativas que han permitido lo anterior. Por un lado, entre 2013 y 2015, la compra consolidada de medicamentos y material de curación ha generado ahorros por casi 11 mil mdp a todos sus participantes, de los cuales 6,141 mdp corresponden al IMSS. Las compras emergentes de medicamentos se han reducido a las mínimas necesarias mediante la optimización de los niveles de inventario de medicamentos.
Asimismo, en materia del uso de los recursos financieros, se ha disminuido el nivel de pasivos de 9,500 millones de pesos al cierre de 2012 a 3,300 millones al mismo periodo de 2015, lo que ha dotado de mayor certidumbre a los procesos de planeación del gasto anual. Por otro lado, una mejor programación y presupuestación ha permitido mitigar posibles presiones de gasto durante el ejercicio.
Con estas medidas, el informe citado muestra un escenario de corto plazo completamente distinto que el último de la administración pasada. En este reporte se muestra un instituto que no solo no quebró en 2014, sino uno con cinco años adicionales de sustentabilidad financiera que le permitirán operar con sus propios recursos hasta 2019.
Para los siguientes años esperamos continuar cerrando la brecha entre ingresos y gastos. Para el cierre de 2016, la estimación de uso de reservas es cercano a 4 mil mdp, esto es 1.2% de déficit, generado por ingresos crecientes y gasto contenido.
Para el cierre de la administración estaremos entregando un IMSS con finanzas mucho más robustas que las que encontramos en 2012. La estrategia para continuar consolidando financieramente al instituto y mejorar sustancialmente la calidad y calidez de los servicios, deberá:
• Institucionalizar las medidas en materia de eficiencia financiera emprendidas desde 2013.
• Impulsar cambios estructurales que busquen incrementar la capacidad instalada del instituto.
• Mejorar los servicios que se prestan a la población derechohabiente.
• Conducirse con la disciplina presupuestaria necesaria para mantener el saneamiento financiero logrado y seguir aumentando los ingresos.
En suma, al optar por el segundo camino, el presidente Peña Nieto salvó al IMSS de la quiebra, reformó sus finanzas y le amplió la expectativa de vida en el mediano plazo.
FLC