A pesar de que existen razonas para acudir a las urnas como el avance de la vacunación contra el covid-19 y la molestia social contra los problemas de inseguridad y falta de impulso a la economía, el panorama, en general, luce complicado y tomando en cuenta los porcentajes de votación de elecciones pasadas, con dificultades se podrá alcanzar una participación de 50 por ciento de los ciudadanos el próximo 6 de junio.
De acuerdo con los análisis de la investigadora en Ciencias Políticas de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Claudia Ramón Pérez, en las elecciones para presidente de la República y para gobernador se registra una participación que llega a superar el 50 por ciento de los electores; sin embargo, las elecciones intermedias se caracterizan por una baja presencia de votantes.
Las estadísticas del Instituto Estatal Electoral (IEE) de Puebla y del Instituto Nacional Electoral (INE) revelan que, en los comicios extraordinarios de 2019 para nombrar al actual gobernador, Miguel Barbosa Huerta, se registró una votación de 33.41 por ciento; mientras que, en las elecciones de 2018, cuando ganó Martha Erika Alonso se registró una participación de 67.64 por ciento.
En las elecciones del 5 de junio de 2016 que fueron ganadas por Antonio Gali Fayad, la participación de los poblanos fue de 44.67 por ciento, es decir, se registró un abstencionismo de 55.32 por ciento.
En las elecciones de 2012, en las que los poblanos acudieron a nombrar a presidente de la república, Senadores y diputados federales, la participación superó el 62 por ciento de los electores.
En 2010, año en que el gobernador, Rafael Moreno Valle, quien fue candidato de la alianza Compromiso por Puebla compuesta por Partido Acción Nacional (PAN), Partido de la Revolución Democrática (PRD), Convergencia y Partido Nueva Alianza (Panal), ganó los comicios, la participación fue de 57.1 por ciento.
En 2004, elecciones en que Mario Marín Torres resultó electo, la participación fue de 55.2 por ciento; mientras que los comicios de 1998 ganados por Melquíades Morales Flores, registraron una participación de 54 por ciento.
En 1992, cuando ganó Manuel Bartlett Díaz, se presentó a votar 39.5 por ciento de los electores; y en los comicios de 1986, año en que Mariano Piña Olaya resultó electo, la participación fue de 49.1 por ciento.
Ramón Pérez resaltó que existen diferentes factores que pueden favorecer la participación de la ciudadanía; sin embargo, existen altas posibilidades de que no se supere una participación de la mitad de los electores.
“Lo deseable sería que se superara la participación del 50 por ciento porque la democracia se construye a través de la participación. En la medida en que la participación aumenta, es más difícil que se presenten malas prácticas. Dadas las circunstancias, lo que estamos viendo, no se presenta la posibilidad. Ojalá pudiera registrarse una participación del 50 por ciento”, apuntó.
mpl