La elección del 2024 se jugará en una cancha electoral completamente inversa a la del 2018. El partido hegemónico llegará como la chiquillada en vías de la extinción, contrario a la transformación de una fuerza política que iba naciendo y que hoy, es la más poderosa del país, lo que impactará en la estrategia política, electoral, de logística y movilización territorial para pelear la carrera presidencial.
A un año de la elección federal del 2 de junio de 2024, los resultados del próximo domingo no cambiarán el rol y los papeles del campo político que son claros: Morena llegará al juego electoral como el campeón ininterrumpido de las últimas tres elecciones, frente a una oposición desinflada que incluso junta, apenas llega al 40 por ciento del poder morenista.
Los resultados presidenciales determinaron el mapa nacional e impactaron en los comicios siguientes. El triunfo de Andrés Manuel López Obrador ayudó a fortalecer a su partido y en consecuencia, tuvo el efecto contrario en el PRI con la derrota de José Antonio Meade y del propio ex presidente Enrique Peña Nieto, provocando un descontento generalizado en entidades donde gobernaban desde hacía décadas.
Mientras el segundo lugar del PAN con Ricardo Anaya dejó al partido en un punto medio donde poco a poco, va perdiendo fuerza.
Por lo que las condiciones electorales hoy son opuestas al escenario de hace cinco años. El PRI, el partido que ‘reinaba’ políticamente, ahora vive la historia del PRD que desde entonces, se ha enfocado en competir sólo para mantener su registro. Esta vez, los dos juntos y aferrados a la fuerza que le queda al PAN.
El priismo a cargo de Alejandro Moreno, quien pese a las derrotas espera incluso ser candidato presidencial, pasó de 15 gobiernos y la presidencia, a sólo tres gubernaturas que podrían reducirse con los resultados electorales de este 4 de junio.
El tricolor usará los mismos zapatos perredistas que en el 2018 gobernaba sólo tres entidades: Ciudad de México, Michoacán y Morelos, pero que hoy, todos están en manos de Morena.
El PRI perdió estados en los que nunca había sido opositor, en los que estuvo a un paso de gobernar por 100 años, como Hidalgo.
Hoy sólo tiene a Coahuila y al Estado de México que están en juego, y a Durango, que tampoco les pertenece por completo, pues aunque el PAN se los entregó en el pasado proceso electoral, no es un triunfo solitario sino bajo el esquema de gobierno de coalición que comparten con el panismo y el perredismo.
Mientras que el PAN, pasó de tener 12 gubernaturas a sólo cinco: Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato, Querétaro y Yucatán.
En el otro extremo, se encuentra Morena con un control político que ni siquiera el PRI tenía hace cinco años. El partido que compitió en 2018 en ceros, sin un solo gobierno en la bolsa, le bastaron cinco años para apoderarse de 20 entidades, ya con la presidencia de la República bajo sus siglas.
Y sumará la fuerza que le queda al Partido Verde gobernando San Luis Potosí y el extinto Partido Encuentro Solidario con el que gobierna en coalición Morelos, mientras el Partido del Trabajo no tendrá nada qué ofrecer, pues nunca ha logrado una gubernatura.
El otro factor político para 2024 será Movimiento Ciudadano que también tomó fuerza en los últimos años y ahora tiene dos gubernaturas: Jalisco y Nuevo León, una de éstas en juego y que apostará por mantener.
Bajo este escenario, los del próximo año, serán los comicios más grandes de la historia, los más complejos y los más competitivos.
El padrón electoral se disparó más de nueve millones, hace cinco años había una boleta esperando a más de 89.9 millones de personas con credencial de elector, y para el próximo año, se estima que la cifra alcanzará los 98 millones de personas electoras.
Entre diferentes puestos locales y federales, se renovarán en total, más de 20 mil cargos públicos. Además de la presidencia de la República, el Senado y la Cámara de Diputados.
Así como la Jefatura de Gobierno que hace cinco años Morena también arrebató al PRD, y ocho gubernaturas más: dos panistas (Guanajuato y Yucatán), una de Movimiento Ciudadano (Jalisco), una del Partido Encuentro Solidario pero que llegó en alianza con Morena (Morelos), y el resto de gobiernos con Morena a la cabeza y que apuesta a mantener (Chiapas, Puebla, Tabasco y Veracruz).