Las autoridades electorales arrancaron este 2024 entre grillas, bloques y complots. El reto del INE y del Tribunal Electoral antes del inicio de las campañas, será demostrar que pueden mantener su independencia e imparcialidad, sin influencias externas, y sin que pesen más sus divisiones que la responsabilidad de organizar y vigilar el proceso electoral.
A pesar de que uno de sus principales deberes constitucionales es dar certeza a las elecciones, tanto el Instituto Nacional Electoral como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) fueron las que agregaron incertidumbre al proceso del 2024 y pusieron en duda su fortaleza debido a las divisiones internas que enfrentan.
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Destaca que ambas instituciones dependen entre sí. Pues será la magistrada presidenta Mónica Soto –quien se sumó a un bloque mayoritario para quitar a Reyes Rodríguez Mondragón de la presidencia del Tribunal– quien definirá a cuál bloque del INE darle la razón, si al mayoritario, que igual que ella arremetió contra quien ocupaba la presidencia del instituto; o a Guadalupe Taddei, quien alega que rebasa la legalidad el que una mayoría dentro del INE le imponga mecanismos y plazos para cumplir con nombramientos pendientes.
A Guadalupe Taddei le queda poco más de una semana antes de que venza el ultimátum, pues le dieron hasta el próximo 16 de enero para nombrar perfiles competitivos y definitivos en una decena de direcciones. Sin embargo, la consejera presidenta ha preferido no avanzar, confiada en que el TEPJF pueda darle la razón y revocar este acuerdo, gracias a las impugnaciones que presentaron Morena, PRI y PT para respaldarla.
Taddei fue acusada por algunos de sus pares de cerrar el diálogo, de evadir los consensos y de imponer de forma directa como encargadurías de despacho a perfiles que el Consejo General ya había rechazado, y de bloquear a otras que tenían unanimidad.
Después, al cierre del año, presentó dos propuestas para la Secretaría Ejecutiva: María Elena Cornejo y Miguel Ángel Patiño, pero al someterlas a votación, ella misma se negó a apoyarlas y cerrar el asunto. Después, reprochó que esta información se hiciera pública y desde entonces, no ha avanzado en algún acuerdo.
En el Tribunal Electoral, la magistrada Mónica Soto, quien está a cargo del asunto, no ha circulado su proyecto para que se vote en sesión. De aplazarlo, la próxima sesión pública coincidirá con la fecha límite establecida por el Consejo General del INE.
Además de esta disputa interna en el INE, las críticas y señalamientos por aparentes intentos de algunos partidos para intervenir en la autonomía electoral, se reforzaron por las permisiones de los representantes de Morena en la mesa del Consejo General del INE que preside Guadalupe Taddei, y por una fotografía de la presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Mónica Soto con el representante electoral de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, quien tiene a su cargo la presentación de denuncias, quejas, juicios e impugnaciones, y la batalla legal de la elección en curso.
Ante las críticas, Soto se ha enfocado en garantizar que sus acercamientos con Morena no afectan la autonomía y que son como con cualquier otro partido político. Durante su primer evento público de este año, dejó en prenda su autonomía.
Y es que el TEPJF vive su propia guerra interna. Luego de que, de forma pública, las magistraturas se lanzaron acusaciones de ámbito personal e institucional que pusieron en entredicho el correcto manejo interno.
Enlistaron presuntos hostigamientos, acoso laboral, intervenciones externas de despachos de abogados, falta de liderazgo, presiones desde la Suprema Corte de Justicia de la Nación e imposiciones, resistencias a políticas de austeridad y al control en el manejo de los recursos públicos.
El magistrado Reyes Rodríguez Mondragón fue acusado de perder la confianza del pleno que dirigía y se vio obligado a aceptar presentar su renuncia, para que llegara Mónica Soto, aunque sólo con el respaldo de dos magistraturas y el rechazo de otras dos.
Apenas la semana pasada, la magistrada presidenta llamó en conferencia de prensa a una vuelta de página, y Felipe de la Mata y Felipe Fuentes pidieron ver hacia adelante, luego de las acusaciones que lanzaron a Rodríguez Mondragón. Mientras que éste optó por encarar los señalamientos y retar a que, si tenía pruebas de la presunta vulneración a la autonomía del TEPJF durante su presidencia, hicieran las denuncias correspondientes o de lo contrario, estarían dándole la vuelta a la ley y se trataría sólo de chismes y acusaciones cobardes. Por lo que las divisiones se ven lejos de cicatrizar.
Así, las instituciones encargadas de garantizar que las diferencias políticas se resuelvan por la vía pacífica, no pudieron hacerlo con las propias. El INE y el TEPJF iniciaron el año nuevo en una franca y pública división interna, que se suma a plenos y direcciones incompletas, y bajo la lupa por su incapacidad para resolver sus desacuerdos y sobre todo, ante la sombra de otra reforma electoral que les reste atribuciones y afecta su autonomía.
aag