Con una bolsa de cinco millones de pesos para cada corcholata, el juramento de no caer en venganzas ni ambiciones y mantener la lealtad a la cuarta transformación, los aspirantes a la candidatura presidencial cumplieron el papeleo y se registraron ante Morena rumbo al 2024.
En el proceso de aspirantes presidenciales que Morena insiste en negar que sea pensando en la contienda del 2024, no faltaron los gritos de ‘¡presidenta! o ‘¡presidente!’, las frases como ‘de aquí a Palacio Nacional’, acusaciones de discriminación y hasta un despistado prometiendo programas sociales y ampliación de apoyos, como si fuera la presentación de un programa de gobierno.
A tres días de que las corcholatas arranquen sus recorridos por el país, el ultimátum que el dirigente de Morena, Mario Delgado impuso a los abogados del partido, finalmente dio resultados y encontraron una nueva maniobra para poder entregarle recursos públicos a los aspirantes a coordinar la cuarta transformación: nombrarlos de forma exprés, delegados nacionales.
“Ayer mismo (jueves) en un acuerdo tomado por unanimidad por el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, fueron designados de acuerdo a nuestros estatutos, el Artículo 38 de nuestros estatutos, Párrafo Tercero, fueron designados como delegados nacionales para la Defensa de la Transformación, Marcelo Ebrard Casaubón, Adán Augusto López Hernández, Ricardo Monreal Ávila y Claudia Sheinbaum Pardo. Este encargo correrá desde el 19 de junio hasta el 27 de agosto”.
Los estatutos indican, que los aspirantes presidenciales, corcholatas, participantes para coordinar los trabajos de la transformación y ahora delegados nacionales, tienen la obligación de promover al partido en todo el país, construir y promover comités y recorrer los barrios y las comunidades, para lo que el partido puede darles financiamiento.
Mario Delgado aseguró que esto no es “una trampa”, pues las figuras de delegados están en sus estatutos y recientemente hubo otros nombramientos similares, como Higinio Martínez para que difundiera los logros de Morena en el Estado de México.
En el caso de los presidenciables, para las actividades de estos 70 días habrá una bolsa de 20 millones de pesos, es decir, cada uno recibirá cinco millones de pesos que podrán usar en viáticos de alimentación y hospedaje, vuelos y traslado terrestre y para financiar la logística de cada uno de los eventos. Unos 60 mil pesos por día.
Deberán entregar un informe con sus gastos comprobados y facturados, y cada 15 días, la Secretaría de Finanzas del partido lo hará público para que el partido lo presente ante la Unidad Técnica de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral en el informe de sus actividades ordinarias.
“Con esto salvamos la transparencia, porque hay claridad en el origen de los recursos y habrá mucha claridad, también, en los gastos que ejerzan los aspirantes porque serán publicados quincenalmente”, destacó Mario Delgado.
Los aspirantes celebraron esta decisión, pues aunque todos hablaron de austeridad, también destacaron que hubiera sido muy difícil financiarse solos.
Ricardo Monreal contó: “platicaba con mi yerno sobre cómo le vamos a hacer para cubrir todos los estados y estos días y yo no tenía la solución, porque dejé el senado y ya no percibiré dieta alguna, esto nos va a ayudar mucho porque lo más correcto es la transparencia y la rendición de cuentas, me pareció inteligente y afortunada la solución. Felicidades porque nos están resolviendo un gran problema a quienes no tenemos financiamiento y para que no se caiga en dinero ilícito”.
Claudia Sheinbaum anticipó que sí los recibirá, pero “ya en el proceso vamos a ver si son necesarios tantos recursos o no”. Mientras que los partidos aliados, se sumaron a este financiamiento a pesar de que sus prerrogativas están muy lejos de la bolsa de casi dos mil millones de pesos que tiene Morena para este año.
Fernández Noroña del Partido del Trabajo incluso bromeó respecto a que son partidos hermano, pero no con el mismo estatus económico, pero destacó que el dirigente de su partido Alberto Anaya le haya prometido que recibiría el mismo dinero.
“Y como dijo Mario Delgado somos hermanos, pero Morena es el hermano rico y el PT está medio descobijado en eso. Pero hoy Alberto Anaya está muy generoso, ya me dijo: ‘no, no, nosotros también te vamos a dar lo mismo, para que no haya discriminación’. Así que no me voy a poder quejar de piso disparejo, me salvó, porque miren, somos hermanitos, pero yo también digo que Caín y Abel también eran hermanitos, entonces no es fácil luego”.
Noroña incluso destacó que ha vivido esta aspiración en desventaja, discriminado y subestimado, y haciendo honor a su transparencia, pero confió en que él tiene el apoyo del pueblo y acatará todas las reglas.
Pero Adán Augusto López fue el único rebelde. No asistió ante el partido, envió a dos representantes que llegaron tarde y desde una sede alterna, anticipó que rechazaría el financiamiento, a pesar de lo que le implicó al partido encontrar una alternativa para repartirles recursos públicos.
Lo que llevó a que Noroña se le lanzara rompiendo la unidad que pregonaban, diciéndole que también pudo haber donado todo lo que gastó en espectaculares indebidos en todo el país.
Y Mario Delgado pasó el día jalando orejas. A Adán Augusto López para que no rompa el espíritu de equidad, el piso parejo y la rendición de cuentas: “yo le pediría que lo aceptara en ánimo del espíritu equitativo que demanda la contienda, le hago un llamado a Adán a que lo haga, porque puede haber desigualdad en términos de transparencia y comprobación del gasto".
Y dos veces a Manuel Velasco del Partido Verde, primero, por lanzar un discurso con promesas de gobierno. “Aguas con eso”, le dijo al término de su discurso. Después, porque Velasco además, convocó a su partido a que le den más dinero del que recibirán los morenistas, lo que también frenó el líder de Morena, esta vez, en público “yo espero que le pongan más ganas, pero no más recursos, porque de lo que se trata es de que tengamos equidad. Haríamos un exhorto al Partido Verde a que se mantengan los cinco millones”.
Pero también al representante de Adán Augusto, Leonel Godoy por haber llegado tarde y con los documentos revueltos; y hasta a su equipo de comunicación por no pasarle el nombre de la esposa de Fernández Noroña, que bromeó “seguro se emocionan con Noroña pero recuerden que a nosotros nos toca ser imparciales”, y hasta a Álvaro Barcamonte, secretario técnico del Consejo Nacional de Morena que acudió a nombre de Alfonso Durazo y que los llamó “candidatos”.
El viaje de los aspirantes presidenciales emprendió vuelo sin posibilidad de espacio para nadie más. El lunes las corcholatas comenzarán a recorrer el país, con la promesa de unidad y de nunca decir la frase que podría llevar a las autoridades electorales a arruinarles el viaje: quiero ser presidente.
LG