La verdadera campaña inicia este 19 de junio y la instrucción es clara: para llegar a la candidatura presidencial para 2024, que se definirá el 6 de septiembre, no se debe traicionar, pactar, calumniar o caer en coqueteos inconfesables con la oposición. Ni las corcholatas de casa ni las invitadas.
Ayer, Morena adelantó el calendario electoraly adaptó a sus tiempos el proceso de la contienda presidencial. A 82 días del inicio de la organización legal de los comicios el 1 de septiembre, los aspirantes morenistas, del Partido Verde y del Partido del Trabajo firmaron un acuerdo avalado por el presidente Andrés Manuel López Obrador que los compromete a no romper la unidad. Pase lo que pase, gane quien gane.
Así, quienes no sean electos podrán aspirar al premio de consolación y no cargar con “el desprestigio del pueblo”. La puerta para la carrera presidencial quedó cerrada y los invitados son Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Claudia Sheinbaum, Manuel Velasco y Gerardo Fernández Noroña.
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El ganador se definirá por encuesta. Esta misma semana tendrán que renunciar a su cargo, registrarse en la contienda interna con la propuesta de dos encuestadoras a más tardar el próximo viernes 16; comenzarán recorridos por el país del 19 de junio al 27 de agosto.
Serán cinco encuestas, la de Morena y otras cuatro espejo de casas que se sortearán de las dos propuestas de cada aspirante, mientras no sean las que tuvieron resultados discordantes en el Estado de México. Los cuestionarios se levantarán del 28 de agosto al 3 de septiembre y el 6 de septiembre habrá candidato bajo el nombre de “coordinador de la defensa de la cuarta transformación”.
El ganador tendrá que darle una posición en su proyecto a segundo y tercer lugares, y éstos podrán elegir entre esa opción o una partidista. Aunque el llamado fue a la unidad, los grupos de simpatizantes de Monreal y Ebrard rompieron las reglas.
La avenida del hotel donde sesionó el Consejo Nacional del partido, en la Ciudad de México, se convirtió en una guerra de porras en cada acera, transformando el clásico “es un honor estar con Obrador”. Del lado del senador, “es un honor estar con el doctor”, y del del canciller, “es un honor estar con el mejor”.
Los ebrardistas, además, se lanzaron a la llegada de Claudia Sheinbaum. Le gritaron “piso parejo” y “que renuncie”, mientras la jefa de Gobierno insistía en que la clave para el triunfo de Morena es mantenerse unidos.
En el encuentro los celulares estuvieron prohibidos para evitar cualquier tipo de filtración. Al ingreso del salón instalaron una mesa donde los asistentes dejaron su celular y recibieron el gafete de ingreso. Solo el secretario de Gobernación no pasó por este requisito, pero sus acompañantes sí.
Pasarela y mensajes
Luego del encuentro, Claudia Sheinbaum, aseguró en su cuenta de Twitter que se trataba de “un acuerdo histórico” y de unidad en el movimiento que encabeza el Presidente López Obrador.
“Eso me da mucha alegría y convicción para seguir adelante: el anhelo del pueblo de México de continuar con la transformación que inició el Presidente y la gran hazaña de lograr que por primera vez una mujer sea la coordinadora nacional de la transformación nos da aliento”.
La jefa de Gobierno también adelantó que este lunes dará un “posicionamiento” sobre el tema y concluyó su tiut con este mensaje: ”¡Que viva México!”
La primera corcholata en llegar a la reunión de ayer fue Monreal, rodeado de un grupo de simpatizantes con banderas con su nombre, tambores y porras; sin mayor tumulto, le siguieron Manuel Velasco, del PVEM, y Gerardo Fernández Noroña, del PT.
Posteriormente arribaron Sheinbaum, Adán Augusto y Ebrard, quien por la mañana estuvo en Chiapas. A su llegada, el canciller, que será el primero en renunciar al mediodía de este lunes, mantuvo la exigencia de debates para contrastar propuestas, pero esta idea fue descartada.
“Evitarán los debates públicos y las polémicas entre ellos, a fin de evitar confrontaciones personales y mantener el espíritu unitario y fraterno. Se abstendrán de participar o promover cualquier acto o expresión de desprestigio, descalificación o agresión hacia sus competidoras o competidores… no incurrir en el denuesto, el ataque, la calumnia o la violencia verbal”.
Lo que sí concedió el consejo fue que los gobernadores saquen las manos del proceso.
El acuerdo prohíbe que cualquier funcionario público de Morena, gobernadores, alcaldes, coordinadores de bancadas, dirigentes y líderes del partido intervengan promoviendo a algún perfil.
Aunque la apuesta inicial era definir las preguntas este mismo domingo, pactaron crear una comisión que estará integrada por un representante de cada participante, el cual tiene prohibido aspirar a un cargo público.
El presidente del Consejo Nacional de Morena y gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, explicó que las corcholatas firmaron una carta compromiso para respetar los resultados, no romper la unidad y apoyar al ganador.
“Actuar en forma institucional, disciplinada y democrática; abstenerse de realizar pactos con grupos de interés político, económico, mediático o delictivo; oponerse al acarreo o inversión excesiva en publicidad; observar fielmente el principio de austeridad republicana y actuar siempre con el propósito superior de la regeneración de México.
“Se abstendrán de establecer alianzas inconfesables con grupos de interés y de hacer cualquier clase de compromiso con sectores de la reacción oligárquica o con organizaciones, empresas o gobiernos extranjeros; evitarán participar en medios reaccionarios, conservadores, adversarios de la cuarta transformación y partidarios del viejo régimen.
“Rechazarán el uso de cualquier recurso de procedencia presupuestal, empresarial o de actividades presuntamente ilícitas, para llevar a cabo sus actividades informativas y de movilización".
Sobre cómo se financiarán los recorridos de promoción, Delgado aseguró que con el apoyo del pueblo. Pese a que todo el proceso acordado va contra los tiempos legales, se incluyó un punto “en cumplimiento de lo que mandata la Constitución”, en el que se les pide centrarse en una contienda interna promoviendo a Morena y no una candidatura a un cargo público.
Mario Delgado aseguró que este proceso no tiene por qué generar ruptura, pues “termina para siempre con el dedazo y la imposición”. Advirtió que “el resultado será absolutamente inapelable, pues todos firmaron este acuerdo y estamos arrancando con una gran unidad y más fortalecidos que nunca”.
Ebrard no ocultó su inconformidad con el líder del partido, quien a su llegada prometió “una sorpresa”, ante lo que Marcelo ironizó que puede ser “que ya se va” del partido y advirtió que es en Durazo en quien confía.
aag