'Corcholatas' toman ruta en la quinta sucesión adelantada del siglo

Más que una excepción a la regla, los candidatos ganadores suelen madrugar a sus oponentes. Fox, Peña Nieto y AMLO arrancaron campañas tres años antes de los comicios presidenciales; Calderón lo hizo con dos años de antelación.

Carrera por la Presidencia de México | Especial
Salvador Frausto
Ciudad de México /

Debidamente registradas y destapadas, las 'corcholatas' toman ruta para contender en la quinta “sucesión adelantada” de este siglo. Como si se tratara de una tradición sexenal, los observadores del acontecer político suelen poner el ojo en que la carrera presidencial comienza a dar sus primeros pasos antes de los tiempos establecidos por las autoridades electorales. Pero más que una excepción a la regla, los empujones por sentarse en la Silla del Águila se han vuelto una costumbre contemporánea.

A un año de los comicios del 2 de junio de 2024, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco ya iniciaron su respectivas giras por el país, mientras que la oposición no logra establecer un método de selección y baraja decenas de nombres de aspirantes.

Esta semana, las 'corcholatas' comenzaron los esfuerzos proselitistas por ganar la encuesta que determinará quién será la Coordinadora de Defensa de la Cuarta Transformación, un cargo que con el devenir de los meses se transformará en la candidatura presidencial de la coalición integrada por Morena, PT y PVEM.

Aunque los recorridos por las entidades acaban de iniciar, el banderazo de salida lo dio el presidente Andrés Manuel López Obrador hace dos años. Luego de los comicios intermedios de 2021, acuñó el término 'corcholata', en alusión a que ya no había “tapados” ni “dedazo” como en la época del PRI, sino más bien un “destapador” (él) y varios aspirantes que competirán por conseguir el favor del pueblo. La colectividad se expresará en las encuestas primero, y en las urnas después, para decidir al futuro presidente.

Vicente Fox: tres años antes

En octubre de 1997, Vicente Fox Quesada se reunió con su equipo cercano para formalizar que El Bigotón José Luis González sería el comandante de una misión para sacar al PRI de Los Pinos. El “destape” del entonces gobernador de Guanajuato ocurrió casi tres años antes de la elección presidencial. Los medios de comunicación de la época reportaban la génesis de lo que pronto se llamaría Los Amigos de Fox, una asociación civil diseñada para llevar al panista a la cima del poder político.

“Siendo Fox experto en mercadotecnia y González en publicidad, hicieron mancuerna, como lo habían hecho en Coca-Cola años antes. Así, en octubre de 1997, ante otros colaboradores del llamado Grupo Guanajuato (Lino Korrodi, Ramón Muñoz, Martha Sahagún y Eduardo Sojo), Fox presentó a González como coordinador de la campaña, quien la coordinó durante más de un año y luego se retiró… su anticipado destape lo benefició en la medida en que se dio a conocer entre el electorado mexicano, que poco a poco a lo largo y ancho del país lo fue identificando como el abanderado del cambio democrático”, escribió el antropólogo social Roberto Tejeda Ávila en su ensayo “Amigos de Fox, breve historia de un ‘partido’ efímero”.

Luego de una reñida competencia electoral con el priista Francisco Labastida Ochoa y el perredista Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Fox se impuso en las urnas el 2 de julio de 2000, convirtiéndose en el primer presidente no priista desde 1929. Los analistas han reseñado profusamente que adelantarse a sus contrincantes pudo representar una de las claves para entender por qué el grandote de San Francisco del Rincón, Guanajuato, logró inaugurar la era de las alternancias presidenciales.

Vicente Fox, presidente de México de 2000 a 2006 | Notimex

Calderón: dos años antes

Varios años después nadie dudaba que el favorito del presidente Vicente Fox era su secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, o incluso su esposa Martha Sahagún, a quienes pocos veían con posibilidades de convencer a las bases panistas para que le abrieran acceso a la candidatura presidencial de 2006.

Sin embargo, un ex dirigente del partido y curtido ex legislador, aceleraría los tiempos de aquella sucesión azul. En mayo de 2004, Felipe Calderón Hinojosa renunciaba a la Secretaría de Energía luego de que el guanajuatense lo regañara por “destaparse” como candidato presidencial en una reunión política organizada por el también panista Francisco Ramírez Acuña, entonces gobernador de Jalisco. Ahí, frente a prominentes figuras del partido en el poder, el michoacano se dejó querer, no dijo ni que sí ni que no, pero el anunció corrió como pólvora en las columnas de opinión.

La decisión fue reseñada por medios internacionales, como el diario español El País, que tituló: “Dimite el ministro de Energía mexicano tras ser recriminado por el presidente”. La nota señalaba que “su ‘destape’ pretende calibrar la correlación de fuerzas dentro del oficialismo ante su eventual nominación”. Los asistentes al mitin gritaban: “¡Se ve, se siente, Felipe presidente!”.

Felipe Calderón, presidente de México de 2006 a 2012 | Lizeth Arauz

Faltaban más de dos años para las elecciones presidenciales y ya había un aspirante panista que tomaba ventaja frente a otros contendientes, salvo acaso el más peligroso, Andrés Manuel López Obrador, el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal que solía repetir que lo “dieran por muerto” como alternativa para competir por la Presidencia de la República. Pocos le creían al tabasqueño, quien iba construyendo redes de apoyo dentro del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Tras una pasarela al estilo elecciones primarias, Calderón venció a Creel para convertirse más tarde en el segundo presidente emanado de las filas del PAN. Al igual que Fox, había tomado ventaja en la lucha por la sucesión, confirmando que ya no era vigente la antigua máxima priista de “el que se mueve, no sale en la foto”. Fox y Calderón habían arrancado con antelación. Y ambos consiguieron su objetivo.

Aunque han cambiado con el siglo, las reglas electorales admiten que los aspirantes presidenciales se registren a finales del año previo a los comicios presidenciales, y empiecen sus campañas en el primer trimestre del año electoral.

Peña Nieto: tres años antes

Hasta el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), los aspirantes priistas solían “esperar los tiempos” dictados por el presidente en turno, pero esa regla fue rota por los panistas Fox y Calderón. Después el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, también se sumaría a las campañas adelantadas.

El diario británico The Guardian dio a conocer documentos secretos que revelaban que Televisa comenzó a promover la imagen de Peña Nieto desde mediados de 2009, tres años antes de los comicios presidenciales. A la par, las revistas del corazón seguían el romance del mexiquense con la actriz Angélica Rivera, con quien se casó a finales de 2010. Años después, los periodistas Jenaro Villamil, Álvaro Delgado, Sanjuana Martínez y Alberto Tavira, entre otros, publicaron sendos libros donde reseñaron aquella campaña con toques de telenovela.

Peña Nieto venció con cierta holgura a López Obrador, quien tropezó en su segundo intento por convertirse en presidente.

Enrique Peña Nieto, presidente de México de 2012 a 2018 | Octavio Hoyos

AMLO: tres años antes

Aunque López Obrador arrancó formalmente su primera campaña presidencial en 2005 —para los comicios celebrados un año después—, y de alguna manera se mantuvo en labores proselitistas hasta 2018, su lance definitivo inició en 2015, cuando Morena obtuvo registro como partido político.

Así, tres años antes de las elecciones donde se erigió como presidente, el tabasqueño volvió a recorrer el país por enésima vez, adelantándose al aspirante panista, Ricardo Anaya, y al priista José Antonio Meade, quienes fueron a la zaga de principio a fin de las campañas.

Y aunque las 'corcholatas' de Morena, PVEM y PT arrancaron formalmente esta semana, a un año de las elecciones presidenciales, varias de ellas iniciaron actividades de promoción desde mediados de 2021, cuando López Obrador adelantó los tiempos de la sucesión presidencial. Una peculiaridad de este relevo es que ningún aspirante ha descollado de manera solitaria, como sí lo hicieron AMLO, Peña Nieto y Fox.

Andrés Manuel López Obrador, presidente electo en 2018 | Ariana Pérez

Sheinbaum, Ebrard, Adán Augusto, Monreal, Fernández Noroña y Velasco aprietan el paso con la mirada puesta en sustituir a López Obrador, el líder de la izquierda mexicana que desdibujó los liderazgos de la oposición, quienes lucen rezagados en la carrera presidencial.

La encuesta de septiembre próximo, y el resultado de las urnas en junio del siguiente año, mostrarán si la quinta sucesión adelantada del siglo se confirma como una regla de los nuevos tiempos políticos.

Sheinbaum, Ebrard y Monreal | Especial

LG

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