Xóchitl Gálvez lleva 12 días sin coordinador de campaña. Santiago Creel anda de vacaciones. Veinte días caminando el país sin el respaldo de la mayoría de los ex aspirantes a la candidatura presidencial opositora.
Beatriz Paredes le alzó la mano a regañadientes y desapareció del mapa político. Y los cientos de organizaciones sociales que dicen respaldar las aspiraciones de la senadora panista no se han dejado ver ni en el evento de arranque de campaña, en aquel ya lejano 3 de septiembre.
Al interior del Frente Amplio por México (FAM) se comenta, cada vez con mayor insistencia, que Gálvez está haciendo campaña sola, se defiende sola y va dando tumbos entre reuniones con la cúpula del PRI, encuentros con empresarios y apariciones “simpáticas” en redes sociales, como cuando pidió a los ciudadanos su opinión para elegir el huipil que utilizaría el 15 de septiembre.
La ausencia de Creel llama poderosamente la atención. La última vez que se le vio fue el 10 de septiembre, cuando acompañó a Gálvez al informe de gobierno del mandatario de Durango, Esteban Villegas. Unos días antes estuvo con ella en un evento privado en la sede nacional del PRI.
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Y mientras su competidora Claudia Sheinbaum sumó rápidamente a las “corcholatas” perdedoras, Adán Augusto López Hernández como su coordinador político; Ricardo Monreal como su coordinador de Organización y Enlace Territorial; y Gerardo Fernández Noroña como su vocero, la ausencia de nombramientos en el equipo de Gálvez inquieta en los corredores azules, tricolores y amarillos.
Los dirigentes del PRI, Alejandro Moreno; del PAN, Marko Cortés; y del PRD Jesús Zambrano, sellaron su futuro levantándole la mano a Gálvez en el evento del 3 de septiembre, pero luego han aparecido poco al lado de la hidalguense.
Tras ese efusivo encuentro, la senadora panista optó por alternar su agenda: cumplir con sus actividades legislativas y hacer recorridos en los estados de la República.
Sin embargo, dejó en punto muerto el trabajo interno que toca hacer en una campaña, como denominar voceros, coordinadores territoriales y demás.
La ausencia de Creel
Tal vez el caso más sobresaliente es el de Santiago Creel, quien desde que se bajó de la contienda interna del FAM anunció que se sumaría como coordinador de campaña de Gálvez.
Pero el diputado, de acuerdo con fuentes consultadas por MILENIO, lleva al menos 12 días de vacaciones, y no ha puesto en marcha al equipo que trabajará durante los próximos 10 meses.
Tampoco salió a respaldar a su eventual candidata de los embates de Morena sobre los cuestionamientos de su vivienda ni la acompañó en el primer encuentro que tuvo con la cúpula del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Su última actividad pública y en redes fue el 10 de septiembre, cuando publicó que estuvo en el informe de gobierno del mandatario de Durango, Esteban Villegas, junto con Gálvez.
Mientras crece la inquietud entre los impulsores del FAM, Gálvez continúa en sesiones del Senado, en reuniones con sus seguidores en los estados y con respuestas jocosas en sus redes sociales.
Apenas esta semana se reveló que la coordinadora nacional del Frente plagió un parte de su tesis, a lo que ni el coordinador de campaña, los aspirantes que declinaron por ella, los dirigentes de los partidos que la impulsaron o los líderes de la sociedad civil que la apoyaron salieron a dar un pronunciamiento o posicionamiento de respaldo a su abanderada.
Gálvez anunció que pedirá licencia hasta el 15 de noviembre de este año a su cargo de senadora para entrar de lleno a la campaña por la Presidencia, largo mes y medio de impasse de una figura que afirmó que “la esperanza es nuestra”.
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En el equipo opositor comentan que la versión de que los impulsores del Frente habrían propuesto a Marcelo Ebrard integrarse como coordinador general de la campaña pudo haber molestado a Creel, quien participó en la formación del bloque integrado por PAN, PRI y PRD desde sus inicios, de la mano del empresario Claudio X. González y la académica María Amparo Casar.
El fenómeno Xóchitl
Xóchitl Gálvez despertó el entusiasmo opositor cuando llegó a Palacio Nacional en bicicleta y con un amparo bajo el brazo. Intentó colarse a la conferencia mañanera para exigir su derecho de réplica frente al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien había dicho que la senadora panista quitaría los programas sociales en caso de llegar al poder. Desde aquel 12 de junio comenzó a hablarse del “fenómeno Xóchitl”.
En los tres meses de travesía presidencial, la hidalguense ha logrado instalar la esperanza en el 30 por ciento de los electores que se asumen anti obradoristas, aunque aún no ha logrado generar simpatías en otros sectores. El rechazo de los ciudadanos a los partidos tradicionales, principalmente al PRI y al PRD, parecen jugar en su contra, pero de cualquier manera requiere de las estructuras de estos institutos políticos para poder mantenerse en la contienda.
El apoyo de la mayoría de los panistas parece asegurado, salvo en las franjas más conservadoras, quienes la ven con malos ojos por manifestar su apoyo a la comunidad LGBT y otras causas progresistas, como la interrupción legal del embarazo.
Una serie de contratos de sus empresas con los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, así como la adquisición aparentemente irregular de su vivienda, han alimentado la polémica sobre su integridad. El plagio parcial del documento académico con el que se tituló como Ingeniera en Computación es el capítulo más reciente de una campaña caracterizada por los sobresaltos.
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HCM