Morena buscará llegar a una conciliación con Marcelo Ebrard. La nueva meta del partido, es evitar que la impugnación en contra del proceso interno con el que seleccionaron anticipadamente a su candidata presidencial, llegue al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y complique la preparación del 2024.
Hasta este fin de semana, una semana después de que el excanciller interpuso la impugnación formal, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia ni siquiera había determinado si aceptaría o no, la procedencia del recurso porque buscan blindarse jurídicamente para evitar que las autoridades electorales intervengan.
Fuentes de primer nivel del Consejo Nacional de Morena, confirmaron a MILENIO que la impugnación del excanciller recibirá un tratamiento especial, pues han detectado que “si se da un paso en falso” y no se logra una argumentación jurídica lo suficientemente sólida para darle la vuelta al caso, podría complicarse de llegar a la Sala Superior.
Las complicaciones que implica la impugnación de Marcelo radican en que es un caso inédito. Primero, porque exige la nulidad del proceso de selección de la “coordinación de los trabajos de la defensa de la cuarta transformación”, cargo que no existía en el partido.
Al haberlo creado para esta etapa de la renovación presidencial, los reglamentos y estatutos de Morena no tienen regulación alguna que indique qué ruta seguir. Ni siquiera los tiempos para dar respuesta están claros, pues mientras en cualquier impugnación se debe resolver la aceptación en un plazo máximo de cinco días, en este caso esa prórroga ya se rebasó y aún no definen ese primer paso.
La primera estrategia del partido, era responder al ex canciller con los acuerdos del Consejo Nacional de Morena que son inapelables por ser el máximo órgano de decisión.Pero además, con los documentos de las reglas del juego que él acató desde el primer día, que firmó y leyó de viva voz aceptando.
El 11 de junio, el Consejo Nacional de Morena acordó el método para selección a su eventual candidatura presidencial, que hicieron llamar ‘coordinación para la defensa de la cuarta transformación’. Desde ese momento, se acordó por unanimidad, que el método sería una encuesta y el resultado sería absolutamente inapelable.
El 14 de junio, Marcelo Ebrard fue el primero en registrarse como aspirante y leyó de viva voz, un documento que después firmó: “Acepto que la definición de este proceso será por el método de encuesta, por lo tanto el resultado será inapelable”, “apegarme invariablemente a la verdad, afrontarla por dura que sea y a reconocer y a enmendar mis errores”, “oponerme a toda forma de distorsión de la voluntad popular”, “no dejarme llevar nunca por afanes de venganza y actuar siempre con el propósito superior de la regeneración de México”.
Ebrard reconoció que “habiendo entendido a cabalidad las reglas, me comprometo formalmente a respaldar el resultado final de tal proceso y a dar todo mi apoyo inequívoco a quien resulte coordinador o coordinadora de la defensa de la cuarta transformación”.
En otros casos, como la impugnación de Yeidckol Polevnsky al arranque de este proceso, la respuesta que bastó para cerrar el caso, fue que se trató de una decisión del Consejo Nacional de Morena, cuyas resoluciones son inatacables.
Sin embargo, en este caso, si la respuesta de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia no convence al excanciller, éste tiene el derecho de llegar al Tribunal Electoral, lo que podría abrir una regulación de la autoridad electoral a un cargo que no existe.
Ebrard acusó parcialidad por parte de la Comisión de Encuestas porque algunos de sus integrantes son activamente promotores de Claudia Sheinbaum; que el procedimiento se vició por amiguismo; que se hicieron encuestas sin supervisión de los representantes de los aspirantes, como en Cozumel donde se hicieron debajo de un puente; que intervinieron funcionarios públicos y la Secretaría del Bienestar a favor de Sheinbaum; que hubo presiones y amenazas a la ciudadanía y que se violó la cadena de custodia de las boletas con los votos.
La Comisión explicó el pasado viernes, que primero determinará la procedencia o improcedencia de la queja y si la queja procede, notificará a la parte demandada a efecto de que rinda su contestación. Después se dará cuenta de la contestación y las pruebas presentadas y las hará del conocimiento de la parte actora.
Si no es posible la conciliación entre las partes, se citará a las audiencias estatutarias para el desahogo de pruebas y alegatos. Y finalmente, cuando no existan más actuaciones por desahogar, después de la celebración de la audiencia estatutaria se declarará el cierre de instrucción y procederá a elaborar el proyecto de resolución correspondiente.
El objetivo, es que el proceso pueda concluir en una conciliación, después de analizar las pruebas de Marcelo Ebrard pero se pueda demostrar que pese a las anomalías que expone, el resultado habría sido el mismo, tal como lo indican las conclusiones de la encuestadora que él mismo presentó.
Los procedimientos de la Comisión tienen un periodo máximo de 30 días hábiles para resolver, y aunque el artículo 50 indica que “serán públicas las sesiones de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia en las que se desahoguen las pruebas y alegatos”, advirtieron que no se ventilará el avance del proceso hasta que éste concluya.
Ebrard Casaubón condicionó su permanencia en el partido, a la respuesta que se le diera a su queja, por lo que esta decisión podría prolongarse incluso, hasta el arranque oficial de las precampañas el 5 de noviembre.
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