Con malabares, Morena reparte premios y amarra unidad

Morena repartió candidaturas con “diferentes varas”; en el bloque final puso a cuatro mujeres a competir entre ellas mismas para determinar cuáles hombres debían ceder sus triunfos.

Morena fijó varias reglas que, en unas entidades, dependieron de competencias internas | Diseño por Maurico Ledesma
Jannet López Ponce
Ciudad de México /

Las varas fueron distintas, pero Morena logró repartir las candidaturas para el 2024, con mediciones que frenaron a los mini Marcelos que amagaron con la rebelión; pusieron a las mujeres a medirse entre ellas mismas, poniendo a los hombres ganadores en igualdad de condiciones para ceder sus triunfos; aplacaron los amagos y amarraron la unidad que necesitan para enfrentarse al reto más grande: una boleta sin López Obrador.

MILENIO publicó hace una semana, que Morena terminaría haciendo malabares con al menos 18 nombres sobre la mesa, para determinar, de acuerdo con las complejidades políticas de cada entidad, cómo repartir cinco sillas para mujeres y cuatro para hombres.

Para llenar espacios, garantizar la paridad sin fracturas, complacer a las bases más exigentes y arrancar precampañas sin pendientes, Morena fijó varias reglas que, en unas entidades, dependieron de competencias internas; en otras, de mediciones por género y en algunas, el resultado terminó siendo de mera suerte.

Pero las reglas disparejas no convencieron a todos, Ignacio Mier en Puebla, fue el primero en no acatar los resultados tras quedar sólo a unas décimas de su primero Alejandro Armenta.

Mier puso a temblar al partido ante el temor de que se repitiera la resistencia de la contienda presidencial con Marcelo Ebrard, por la estructura que lo respalda y lo competitivo que es en la entidad. El diputado se negó a asistir a la presentación de los resultados, abandonó el lugar y compartió un video en redes sociales donde advertía que se tomaría dos días para analizar su decisión.

Morena le garantizó una senaduría que finalmente terminó aceptando este domingo, con lo que logró cerrar el riesgo de fractura en Puebla, donde buscan mantener el poder que lograron el 2019, después de la muerte de la panista Marta Érika Alonso en 2018, apenas unos meses después de su triunfo.

“Acepto encabezar la primera fórmula para el Senado de la República, asimismo y para mí, la más importante, la ecuación social, la ecuación política que nos sustenta es que nos organizamos para ganar todos, se gana para todos o se pierde solo para algunos, ustedes no iban a perder, se los dije, conmigo no iba a perder nadie”, dijo Mier.

Otro rebelde, fue Antonio Pérez Garibay, aspirante en Jalisco quien rompió con Morena, anunció su salida y afirmó que se trataba de una simulación pues le anticiparon que había un acuerdo para impulsar a la mujer que propuso el Partido Verde.

“Es la peor ofensa que he vivido en mi vida, que hayan venido dos horas antes de poder hablar con mi presidente de mi partido y que me cantaran quién iba a ser la candidata, cómo juegan con nosotros, qué nos dan y qué no, y vino y nos lo dijo el ‘niño Verde’, que era un pacto que ya estaba hecho en lo más alto. Renuncio a Morena totalmente, no más Morena, no más política, no más Claudia, es una verdadera tristeza que nos hayan humillado”, dijo en una entrevista la noche del viernes.

A diferencia de la contienda presidencial, Morena logró calmar los ánimos y cuadrar a todos los perfiles.

Pero sigue pendiente un caso que llama la atención, el de la senadora Sasil de León quien a punto de conseguir la precandidatura terminó perdiéndola, no estuvo en el anuncio final y hasta ahora, no ha dado ningún posicionamiento.

Morena aplica ‘quién es quién’ entre mujeres a condiciones incomparables.

La primera regla en Morena fue darle la tercera parte del peso de la encuesta a una sola pregunta, “¿quién preferiría que fuera el candidato o la candidata de Morena en esta entidad?, lo que determinó el primer piso para llegar a la final.

Al inicio de los anuncios que se prolongaron por 19 horas, el dirigente nacional de Morena informaba el hombre y la mujer que resultaron mejor posicionados exclusivamente con esa pregunta clave. Lo que implicaría que sería la única respuesta que importa, dejando de lado si esa persona era o no la más popular, a la que el pueblo consideraba la más honesta o qué tanto cumplía con lo prometía, ni siquiera si era relacionada con Morena e incluso con otro partido.

Las primeras dos sillas para las mujeres, fueron las de Morelos para Margarita González que ganó con 20.4 puntos frente a Víctor Mercado con 18.7, y Rocío Nahle en Veracruz con 16 puntos, apenas 0.8 décimas por encima de Manuel Huerta quien le ganó en la mayoría del resto de las preguntas. En ambas entidades los hombres y las mujeres tenían los mismos niveles de competitividad, pero al superar las mujeres aunque fuera por un pequeño margen, la precandidatura se asignó de forma exprés.

Una segunda consideración, fue para los hombres que no sólo arrasaron en toda la encuesta, sino que la mujer mejor posicionada estaba a más de 30 puntos de diferencia, lo que ponía en riesgo esa entidad por el bajo nivel de competitividad. Por lo que en Tabasco, la precandidatura se le otorgó a Javier May con 51.2 frente a 14.5 de Yolanda Osuna, y en Yucatán a Huacho Díaz Mena con 40.1 frente a 8.9 de Verónica Camino Farjat.

Otra medición se aplicó en Puebla, en donde ganaron dos hombres y Claudia Rivera, la mujer con mayor calificación, no podía quedarse con la candidatura pues estaba en tercer lugar. Por lo que Alejandro Armenta se impuso con 22.3 puntos, unas décimas arriba de su primo Ignacio Mier.

Y finalmente, con las entidades restantes, donde los hombres ganaron en Ciudad de México, Chiapas, Jalisco y Guanajuato, Morenas colocó a las mujeres en un ‘quién es quién’ en competitividad, sin importar que las condiciones no fueran las mismas ni la relevancia de las entidades o que unas estuvieran mucho más lejos del hombre que ganó, lo que las ponía en mayor desventaja.

Las sillas se llenaron con Clara Brugada en Ciudad de México con 26.7 de competitividad, Alma Alcaraz con 23.4 y Claudia Delgadillo con 18.6, y quedó fuera Sasil de León que obtuvo 14.7.

No se consideró su nivel de competencia frente al hombre que ganó su encuesta, pues Sasil de León compitió con otras siete personas aspirantes y estaba sólo a 1.5 puntos de distancia de Eduardo Ramírez quien se quedó con la candidatura de Chiapas. En contraste con Clara Brugada que fue la mujer mejor posicionada en estas cuatro entidades, pero que sólo compitió con otras cuatro personas y estaba a 13.8 puntos de Omar García Harfuch quien tuvo que cederle su lugar.

A pesar de las distintas consideraciones, el dirigente nacional del partido Mario Delgado llamó a todas y todos a cerrar filas para enfrentar la elección más complicada de Morena desde 2018: una boleta sin Andrés Manuel López Obrador.

“Este es un momento de prueba para nuestro movimiento, vamos a enfrentar por primera vez, una elección sin tener en la boleta a nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, por eso se requiere el compromiso de todas y de todos, de actuar conforme a los principios y de recordar lo que siempre nos dijo López Obrador, aquí se lucha por causas, no se lucha por cargos, es el momento de que como movimiento cerremos filas y que llamemos a la unidad, sin importar si obtuvimos o no lo que estábamos buscando”.

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