Pueblos purépechas nombran “Nana” a Sheinbaum; “nunca los voy a defraudar”, promete

Con el nombramiento, la ex jefa de Gobierno capitalina y aspirante presidencial recibió la distinción más alta por ésta comunidad.

Sheinbaum se reunió con pueblos purépechas. (José Antonio Belmont)
José Antonio Belmont y Michelle Mejía
Michoacán /

Así como Lázaro Cárdenas fue su Tata, Claudia Sheinbaum ya es Nana e “hija” del pueblo purépecha.

Ayer, la aspirante presidencial de Morena regresó 36 años después a Cherán Atzicuirín, comunidad indígena en Michoacán a la que llegó para enseñar y terminó por aprender.

Pero antes que cualquier otra cosa, el agradecimiento: Sheinbaum tenía claro que lo primero que tenía que hacer al llegar a Cheranástico (como también se conoce a esta comunidad enclavada en el corazón de la meseta purépecha) era visitar a quien le dio techo cuando era estudiante de Licenciatura de Física.

Por esos días, junto con un grupo de compañeros de la Facultad de Ciencias de la UNAM, la ex jefa de Gobierno de la Cdmx construía estufas de leña.

“Las hacíamos con las arcillas de la comunidad, con arena y moldes de madera. Se usa menos leña, saca el humo fuera de la cocina y puede tener varias hornillas”, explicó.

Esa técnica aprendida en los libros, pero con origen guatemalteco, derivó en su tesis: Estudio termodinámico de una estufa de leña eficiente.

“Esas son las tortillas más deliciosas que haya comido”, presumió al señalarla en una de sus creaciones.

Durante tres años, Claudia Sheinbaum se quedó por periodos de una semana o 15 días en la casa del maestro Pedro Márquez, ya fallecido.

“Dormíamos en el piso, en un petate, poníamos velas para que no se acercaran los ratones”, evocó.

Para entonces, la aspirante presidencial de Morena ya portaba la vestimenta purépecha: túnica blanca, naguas, delantal, camisa y rebozo.

“El rebozo tiene muchísimo significado porque en las poblaciones indígenas las usamos para arropar a nuestros hijos cuando están pequeños”, explicó Elvira Méndez.

Pero, siguió la mujer indígena, el rebozo tiene un significado todavía más importante.

“También se acostumbra que, cuando una madre entrega a su hija a la sociedad, le pone su última vestimenta, su última ropa. El día de hoy decidimos hacerlo de esta manera porque Claudia es una hija para nuestra comunidad, partiendo de ello entregamos a Claudia a una sociedad que sé que va a enfrentar muchísimas cosas, pero ahí vamos a estar con ella para apoyarla siempre porque ella es de población indígena, ella ha vivido con nosotros y sólo ella tiene el sentir de nosotras, las mujeres purépechas”, enfatizó mientras abrazaba a la aspirante presidencial, no sin antes sentenciar: “Una mujer indígena siempre porta su rebozo”.
Para la comunidad purépecha, el rebozo es una prenda muy importante. (José Antonio Belmont)

Esto último conmovió tanto a Claudia Sheinbaum que tuvo que limpiar con su mano una lágrima antes de que siguiera su camino por su rostro.

“Estoy emocionadísima, es una alegría increíble”, reconoció.

Ya todo estaba listo para que las autoridades originarias la nombraran Nana (mamá), la mayor distinción que el pueblo purépecha puede otorgar. Antes, sólo tres personajes todos hombres― que no pertenecían a la comunidad habían sido nombrados así, ¿el último? El ex presidente Lázaro Cárdenas del Río en 1936.

Así, citando a la poeta purépecha Rubí Tsanda, "pasa otro día, la vida…".


EHR

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